Los créditos sociales y ambientales crecieron más del 60% en la banca privada

El llamado financiamiento sostenible benefició sobre todo a emprendimientos de mujeres y proyectos de movilidad eléctrica, reciclaje, agricultura ambientalmente responsable, entre otros.

Durante el año 2022, la cartera de crédito sostenible de los bancos privados alcanzó los $3.199 millones. Esto representó un crecimiento del 64% ($1.250 millones adicionales) en comparación con 2021.

Los créditos sostenibles están destinados empresas que se comprometen a cumplir con criterios ambientales, sociales o de gobierno corporativo (ASG) en sus proyectos.

Por ejemplo, se incluye a la construcción sostenible; al reciclaje y gestión de residuos; a la producción más limpia; a la agricultura, acuacultura y manufactura sostenible; a la adquisición de vehículos híbridos y eléctricos, a la compra de equipos de alta eficiencia energética y de generación alternativa de electricidad, a los emprendimientos y negocios de las mujeres, a promover la equidad de género, a reducir las inequidades sociales y a atender a la población vulnerable, entre otros.

Del total del financiamiento sostenible en 2022, $525 millones corresponden a los llamados créditos verdes y $2.674 millones a crédito social, según la información proporcionada por los miembros de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca).

Este crecimiento ocurre, según la Asobanca, pese al desafiante contexto internacional y a las restricciones normativas locales ligadas a los techos a las tasas de interés; lo que además de dificultar el financiamiento de los bancos, no permiten una asignación adecuada de financiamiento en función del riesgo, afectando a la inclusión financiera a todos los segmentos crediticios.

«Esto ha provocado una desaceleración en el ritmo de crecimiento de la cartera de crédito principalmente en los segmentos productivos», aseguró el gremio.

La cartera sostenible representa el 8,3% del total de la cartera de los bancos privados a diciembre de 2022, ganando considerable importancia puesto que en 2019 representaba el 1,8% del total.

Financiamiento social para mujeres

Uno de los pilares de la sostenibilidad en el país es el financiamiento social, es decir, la movilización de capital hacia proyectos que buscan resolver problemas sociales, como la pobreza, la desigualdad, la inclusión financiera, la reducción de brechas de género, entre otros.

El financiamiento social fue de $2.674 millones en 2022, lo que representa un crecimiento anual de 68,2% o el equivalente a $1.085 millones. De ese total, el 49% se destinó al microcrédito:

• Microcrédito: $1.317 millones

• Productivo: $724 millones

• Consumo: $633 millones

Si se analiza el financiamiento social por destino en 2022, el 97% ($ 2.602 millones) corresponde al financiamiento de género, específicamente a las empresas lideradas por mujeres.

Sobre todo, la reducción de las brechas de género ocurre en el microcrédito. Del total de la cartera de microcrédito a diciembre de 2022 ($3.117 millones), el 41,4%, o el equivalente a $1.291 millones, fue otorgado para el financiamiento de género, lo que les permite a las mujeres su independencia y crecimiento económico.

El crecimiento del microcrédito para financiamiento de género fue de 54% ($453 millones) entre 2021 y 2022.

Financiamiento verde contra el cambio climático

La cartera de productos crediticios verdes, es decir, dirigidos a financiar proyectos que tienen un enfoque hacia el mitigación y adaptación al cambio climático, es uno de los enfoques más visibles de las finanzas sostenibles en Ecuador.

Cada vez son más bancos los que están incorporando un portafolio de productos verdes en su cartera. Al cierre de 2022, los bancos entregaron $525 millones en financiamiento verde a las empresas del país, un crecimiento anual de 45,9% ($165 millones), superando los niveles prepandemia. En 2019, la cartera de productos crediticios verdes fue de $234 millones.

Estas líneas de créditos verdes están destinadas para proyectos de eficiencia energética, tecnologías eficientes, cambios de maquinaria e infraestructura, vivienda sostenible, proyectos agrícolas sostenibles; para transporte (vehículos amigables con el ambiente), entre otros.

Si se analiza por segmento, el financiamiento verde se destina, sobre todo, al segmento productivo. En 2022, del total de la cartera de créditos verdes, el 93% fue destinada al segmento productivo; $20 millones (4%) al consumo y $15 millones (3%) al segmento vivienda.

De manera específica, el segmento productivo de créditos verdes en 2022 tuvo un crecimiento anual de $183 millones (60%).

El apoyo de los bancos privados financiando iniciativas amigables con el medio ambiente ocurre principalmente a tres sectores de la economía: Producción sostenible / eficiencia energética: $162 millones; Acuicultura y pesca sostenible: $114 millones; Construcción sostenible: $106 millones. (JS)