Los productores ecuatorianos priorizan sus líneas de alimentos económicos

La fabricación de alimentos es uno de los sectores más golpeados por la crisis.
La fabricación de alimentos es uno de los sectores más golpeados por la crisis.

Los industriales ven inevitables más subidas de precios al consumidor; pero están trabajando en sacar líneas de productos más baratas o económicas.

La industria alimenticia está confirmando su previsión de que este 2022 será un año en el que habrá grandes desafíos para mantener los precios al consumidor en momentos en que los costos de producción siguen subiendo.

Christian Wahli, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), confirmó que mientras los precios al consumidor se han incrementado hasta un 50% en casos puntuales, los costos al productor han escalado hasta triplicarse.

“La semana pasada hablé con una empresa importante y me decía que tuvieron que parar líneas de producción porque no hay. En cambio, cuando hay, se debe pagar el precio que quiera el proveedor. Lo toma o lo deja. Entonces no hay posibilidad de negociar. El índice de precios al productor se ha triplicado en los últimos meses”, insistió.

En este sentido, desde la industria alimenticia se aplican estrategias para reducir el margen y optimizar ciertos procesos, pero la situación es insostenible y las subidas de precios al consumidor son inevitables.

De acuerdo con Noemí Zambrano, economista y pequeña empresaria, solo en los productos frescos, que son la base de la mayoría de los productos transformados, el aumento de costos es de al menos el 60% durante este año.

Sin embargo, el proceso de trasladar parte de esos costos al precio al consumidor es muy complejo para las pequeñas y medianas empresas.

“Los productos transformados son muy dependientes de las grandes cadenas, las cuales juegan su propio juego. Se tiene que tomar en cuenta qué hace la competencia. Las que más tienen que perder son las medianas y pequeñas empresas. Las grandes empresas tienen espacio para aumentar el precio, porque son marcas indispensables para un supermercado”, puntualizó.

Buscando soluciones

Wahli recalcó que desde el sector de la industria alimenticia están conscientes de la afectación al consumidor. Puntualizó que durante la primera etapa de la pandemia mantuvieron precios por debajo de la inflación general; pero actualmente eso es inviable.

Una de las principales vías de solución, que se está conversando con los actores del sector, es establecer una línea de productos, que podría llamarse “amigo”, enfocada a los consumidores de clase media y clase media baja.

“Para eso se necesita hacer esfuerzo de economía en las presentaciones, en nuevas formulaciones, en innovación. Se está creando esta idea. Hablé con el Ministro de Producción, Julio Prado, y está encantado de apoyarla, por lo menos moralmente, porque dinero no tienen, evidentemente”, aseveró.

Alberto Rivas, mediano empresario en la industria alimenticia, añadió que también se necesitan optimizaciones en términos de publicidad, ajustar más los márgenes y, sobre todo, invertir en una enorme distribución horizontal. Lo último es indispensable para que los productos populares lleguen a las más de 140.000 tiendas de barrio que hay en el país.

“En el Gobierno de Correa se impulsó el programa de productos solidarios, pero el apoyo decayó muy pronto y se esfumó cuando terminó la bonanza petrolera. Se necesita trabajo en conjunto entre los productores para buscar soluciones más eficientes y baratas; pero ya no se puede depender del subsidio estatal”, afirmó. (JS)

Datos del sector alimenticio

Las industrias más afectadas con el aumento de costos son las relacionadas a los cárnicos, lácteos, aceites, balanceados y cereales.

Alrededor del 40% del empleo formal del país se genera en toda la cadena productiva de la industria agroalimentaria.

El 25% de los consumidores ecuatorianos escogen por calidad y pueden pagar más por mejores productos; pero el 75% busca lo más barato y acorde a su limitada capacidad de compra.

El paro no aporta soluciones

Según Norberto Morrillo, ingeniero agrónomo y agricultor, desde sectores como la Conaie se repite el discurso sobre su preocupación por el campo, pero nunca han presentado una iniciativa para que se produzca más y mejor.

“Han demostrado capacidad de convocatoria y logística para hacer medidas de hecho. Esa capacidad deberían utilizarla para hacer asociaciones con los pequeños campesinos. Esas asociaciones podrían servir para reducir costos, comerciar productos de manera directa e incluso acceder a créditos, pero solo se dedican a exigir que el Gobierno de turno solucione todo”, puntualizó.

Christian Wahli, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), recalcó que el paro indígena no aporta ninguna solución

“Tenemos una agricultura que en lugar de ir a protestar en la carretera debería estar en su campo. Hay que producir en términos sustentables y competitivos; pero en su lugar estamos quemando llantas”, concluyó.