El costo del subsidio a los combustibles supera los $9.500 millones anuales y alimenta el contrabando y el narcotráfico

HECHO. El subsidio a los combustibles es uno de los más caros e ineficientes.
HECHO. El subsidio a los combustibles es uno de los más caros e ineficientes.

El costo real para los ecuatorianos incluye un subsidio explícito y un subsidio implícito. Sectores como las Galápagos se han convertido en gasolineras del crimen organizado.

Los traficantes de droga han hecho de las Islas Galápagos su estación de gasolina. Así tituló The Washington Post en su portada del 18 de enero de 2024.

Clanes mafiosos han corrompido a autoridades locales y a pescadores artesanales para que se comercie sin control combustibles subsidiados para alimentar las cadenas ‘productivas’ del narcotráfico.

Esta es solo una de las aristas de los costos que tienen los altos subsidios a los combustibles en Ecuador, que involucran contrabando, crimen organizado e incluso impacto ambiental.

Desde 2015 hasta 2022 se han subsidiado $76.227 millones. De ese total, el 45,59% corresponde al diésel, seguido de las gasolinas 27,30% y el GLP 12%.

Según el estudio titulado ‘Una mirada más a fondo a los subsidios a los combustibles y la gestión de Petroecuador’, elaborado por los economistas Pablo Albán y Leonardo Sánchez, el costo de mantener artificialmente bajos los precios de los combustibles es mucho mayor para la sociedad ecuatoriana de lo que se cree.

Costos explícitos e implícitos

Para calcular el verdadero peso del subsidio a los combustibles se deben tomar en cuenta dos tipos de costos.

Por un lado están los costos explícitos,  también conocidos como subsidios antes de impuestos. Estos costos se configuran cuando el precio pagado por los consumidores está por debajo del costo de suministro, que incluye precio internacional, el transporte y la distribución, entre otros.

Por otro lado, los costos implícitos,  también llamados subsidios después de impuestos, toman en cuenta las pérdidas por los impuestos no cobrados, las externalidades negativas del subsidio, entre otros temas que afectan a las finanzas públicas y en última instancia al bolsillo de los ciudadanos.

Si se suman todos los subsidios, el costo real del galón de gasolina extra y eco país es de $4,99 (gasolina) y de $5.76 en el caso del diésel. Sin embargo, la gasolina se vende a $2,40 y el diésel a $1,75 por galón.

“Desde 2015 hasta 2022, se ha registrado un valor promedio anual de $9.528 millones por concepto de subsidio a los combustibles (implícitos y explícitos), lo cual ha representado el 8,44% del Producto Interno Bruto”, dicen los economistas Albán y Sánchez.

Los subsidios a los combustibles fósiles representaron, entre 2015 y 2022, el 28,27% del total del gasto devengado en el Presupuesto General del Estado (PGE).

Eso es un valor muy similar al gasto en toda la nómina estatal, más de 5 veces lo destinado a obra pública, casi 8 veces lo destinado a bonos y ayudas sociales, o casi 4 veces el presupuesto promedio de los últimos seis años para salud pública.

Es urgente una focalización sin trampas

Albán, quien participó en las mesas de diálogo con el movimiento indígena luego del paro violento de junio de 2022, aseguró que, si el país se decide a implementar un plan de focalización del subsidio a los combustibles, no se pueden replicar los errores de ese proceso.

En esas mesas de diálogo salió un esquema de subsidio generalizado con un par de excepciones. Se deja intocado el 80% del subsidio y, en el mejor de los casos, se elimina el 20%.

Sin embargo, esto era solo en la teoría, debido a que un esquema así, según Albán, era el perfecto caldo de cultivo para la proliferación de mercados negros.

De acuerdo con José Gabriel Castillo, exviceministro de Economía y docente universitario en la Escuela Politécnica del Litoral (Espol), se debe desmitificar el debate sobre el subsidio a los combustibles.

Esta desmitificación parte con transparentar que, con datos del Banco Central y del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el 88% del subsidio a los combustibles beneficia a los que más tienen.

Los dos quintiles más pobres, o con menores ingresos, solo se benefician del 5% del subsidio.

A todo esto, se debe sumar que existen otros ganadores como las bandas de narcotráfico y el contrabando.

En los últimos días, LA HORA ha recogido algunas propuestas de focalización, aunque sea parcial, para ir desmontando uno de los subsidios más ineficientes y costosos que tiene el país. (JS)

La ineficiencia de Petroecuador aumenta el subsidio

Según los economistas Pablo Albán y Leonardo Sánchez, la ineficiencia de Petroecuador, con refinerías que no trabajan a toda su capacidad, reduce la refinación local de derivados y hace que el país sea más dependiente de gasolinas importadas más caras.

Esto abona a incrementar el subsidio y los costos en una empresa pública que el mismo Gobierno de Daniel Noboa ha reconocido que necesita medidas drásticas.

Albán y Sánchez han detectado riesgos operativos potenciales en áreas como transporte, refinación, comercialización y seguridad de Petroecuador, los cuales podrían aumentar los subsidios por la ineficiencia de la empresa pública.

Así, además de la focalización, es urgente un cambio radical en la petrolera estatal para parar la pérdida de dinero que afecta al fisco y a los ciudadanos.

Gobierno analiza focalización por sectores

El viceministro de Finanzas, Daniel Falconí, dijo que la actual coyuntura es propicia para que la sociedad en su conjunto pueda analizar que quiere hacer con los recursos petroleros del país y a quién debería entregarse los subsidios a los combustibles.

Ante la pregunta de si el Gobierno tiene ya un plan de focalización, el viceministro contestó: «Estamos terminando la propuesta y estamos a la expectativa de poder conservar con el señor presidente para presentarle los diferentes tipos de escenarios, modalidades y estructuras»

Falconí puntualizó que la propuesta está en la línea de establecer diferentes tipos de focalización de acuerdo con cada sector, y no en fórmulas generalizadas.

Así, se ha estado analizando los subsidios al sector industrial, al sector pesquero, al sector transporte, al Gas Licuado de Petróleo (GLP).

El objetivo es saber quiénes tienen la capacidad de pagar el precio real de los combustibles y quienes no, debido a que el Gobierno no quiere que se afecte a la cadena productiva.

«Los combustibles que más subsidio son el GLP, el diésel, gasolina vehicular y gasolina para generación eléctrica», aclaró Falconí. (JS)

 

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