Barómetro de las Américas revela la crisis en el sistema democrático de Ecuador

BARÓMETRO. Un estudio muestra la percepción de los ecuatorianos sobre la democracia y los derechos.
BARÓMETRO. Un estudio muestra la percepción de los ecuatorianos sobre la democracia y los derechos.

El Barómetro de las Américas revela importantes datos sobre la percepción de la corrupción, la confianza y las luchas por los derechos de las mujeres y las minorías en el país.

En agosto de 1979 Ecuador regresó a la senda democrática dejando atrás siete años de gobiernos militares. A lo largo de los últimos 44 años el sistema democrático ha sido puesto a prueba en no pocas oportunidades, pero la sociedad ha mantenido el respeto por los valores de la democracia. Realidad que hoy en día ha cambiado.

El último informe 2023 del Barómetro de las Américas contiene datos resaltantes y al mismo tiempo desconcertantes. Uno de ellos nos señala que el 53% de los ecuatorianos justificaría un golpe de estado “si hay mucha corrupción”, siendo en América el país con mayor porcentaje de aceptación de una ruptura del hilo constitucional, seguido por Nicaragua.

Paralelo a esta realidad, el país está envuelto en una trama de redes de corrupción que vienen siendo reveladas por la fiscal general, Diana Salazar, y su equipo de trabajo.

El pasado 8 de marzo de 2024, el presidente Daniel Noboa y la fiscal Salazar asistieron a un evento en el que reiteraron su compromiso por seguir luchando “coordinada e independiente” contra el crimen organizado y el narcotráfico.

Noboa fue tajante al manifestar que “hay muchas formas de complicidad y no se va a tolerar ninguna”, marcando el rumbo de apoyo a las acciones que sigue desarrollando la Fiscalía General del Estado.

Problema social y político

El profesor de Ciencia Política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Santiago Basabe, hizo un llamado a investigar con mayor profundidad el tema del impacto de la corrupción en el deterioro de la democracia en los países de América Latina, sobre todo en Ecuador.

Apuntó Basabe que al revisar la justificación por la que un amplio sector de los ecuatorianos justificaría un golpe de estado por la corrupción, una de las interpretaciones es que existe falta de confianza en las clases políticas.

“Frente a una clase política en la que ya no confían porque presenta rendimientos cada vez más decrecientes, la opción que queda son las Fuerzas Armadas. Hay un malestar ciudadano”, recalcó.

Esta realidad está aunada a la percepción de más de un 32% de la población ecuatoriana que considera a los asambleístas como “muy corruptos”, mientras más del 50% tiene una apreciación negativa sobre sus representantes en el Parlamento.

A esto también tenemos que agregar que un 76% de la población piensa que la “mitad” o “todos” los políticos son “corruptos”.

Basabe precisó que, en el país, un 68% de los ciudadanos no tolera el pago de coimas o sobornos, pero sigue siendo importante el 32% de la ciudadanía que sí justifica el pago de coimas.

Ecuador es el segundo país en América Latina con más alto índice de tolerancia a las coimas, solo superado por Jamaica. Por el contrario, del otro lado de la balanza, los países de América Latina que menos consienten el pago de soborno son El Salvador y Brasil, con 93%, mientras Uruguay ocupa el tercer lugar.

Basabe hizo una doble lectura a estos datos, indicando que se podría señalar que existe, en primer término, un proceso amplio de descomposición social y la falta de transparencia; y, en un segundo término, la necesidad de sobrevivencia de las personas ante el fracaso de los mecanismos democráticos e institucionales.

Menos confianza en la comunidad

El profesor de la Universidad San Francisco de Quito, Paolo Moncagatta, precisó que el estudio dedicó un capítulo a revisar en quién confían los ecuatorianos, no solo desde el punto de vista de las instituciones.

La revelación en este aspecto muestra una tendencia desde el año 2014 de decrecimiento de la confianza de los ciudadanos en la comunidad. En el año 2014 el 66% de los ciudadanos manifestaba tener confianza, sin embargo, en el año 2016 cayó a 55% y se ha mantenido la tendencia hasta ubicarse en 46% en 2023.

Con este resultado, Ecuador es el cuarto país en América Latina donde se confía menos entre los ciudadanos, sólo superado por Bolivia con 40%, Nicaragua con 43% y Perú con 45%.

Para Moncagatta, la confianza institucional es uno de los síntomas de lo bien o mal que está funcionando el sistema político de un país: “Un país con altos niveles de confianza interpersonal y confianza institucional, refleja una sociedad más sana, más feliz, más productiva y más democrática”.

Al revisar las cifras de la confianza en las instituciones, Moncagatta precisó que “todos los niveles encontrados en el 2023, sin excepción, muestran descensos importantes en comparación a los encontrados hace una década”.

El académico alertó que, al momento de la medición, sólo un 26% de las personas decían confiar en las elecciones, un 22% en la Asamblea Nacional, 21% en la Corte Nacional de Justicia y 14% en los partidos políticos”.

Llamó la atención sobre este último grupo señalando que los partidos políticos, en una sociedad democrática, deben ser un elemento central para conectar con la ciudadanía.

Cuando los ciudadanos no confiamos en los partidos políticos, estamos hablando de un sistema democrático descompuesto”, dijo Moncagatta.

Se desgasta el término feminista

La académica y directora de Investigación del Public Religion Research Institute, Diana Orcés, llamó la atención al indicar que Ecuador se ubica entre los países de América Latina que menos apoya las protestas por los derechos de las mujeres, donde adicionalmente el apoyo es todavía menor cuando las protestas son desarrolladas por los grupos de ideología feminista.

Los ecuatorianos se ubican entre los países con los menores niveles de aprobación y es más bajo cuando se refiere a los derechos a protestar de grupos feministas”, advirtió Orcés.

Para la académica, esta realidad “podría tener relación con el desgaste del término feminismo en las sociedades”.

En un experimento desarrollado por el Barómetro de las Américas se consultó a la ciudadanía sobre la aprobación o desaprobación a los derechos de las minorías sexuales, utilizando los términos relacionados a la ideología de género y en otra no.

Los resultados mostraron que al no utilizar palabras relacionadas a la ideología de género no había diferencia en la aprobación o desaprobación de los derechos de las minorías, “no obstante, cuando se varían los grupos, observamos que la mayoría de los ecuatorianos desaprueban la igualdad de derechos para las minorías de género”, acotó Diana Orcés.