Acuerdo Nacional debe ser construido por todos y convocado por la sociedad civil

SEGURIDAD. El llamado al acuerdo nacional para recuperar a la nación sigue sin convocante. Foto: API
SEGURIDAD. El llamado al acuerdo nacional para recuperar a la nación sigue sin convocante. Foto: API

Un tema que una a los ecuatorianos, un camino y el objetivo claro de recuperar la nación son algunos de los ingredientes para afrontar los desafíos que la violencia impone a la ciudadanía.

La violencia desmedida de los grupos de la delincuencia organizada ha generado una suerte de “pánico estéril” en el país, como lo denunció en su comunicado la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

Con el objetivo de atemorizar a la ciudadanía y hacerla incapaz de reaccionar, los integrantes de las organizaciones criminales que operan en el territorio nacional, han ejecutado una serie de acciones y actos terroristas que han sido rechazados de forma contundente por la sociedad civil, movimientos sociales, iglesias, academia, empresarios, partidos políticos y poderes del Estado.

El clamor de la ciudadanía no es otro que la construcción de un acuerdo nacional que le permita al Ecuador recuperar la paz y levantar su mirada al futuro con optimismo, en un camino construido por todos.

Los llamados a la construcción de un acuerdo nacional llegan desde todos los sectores. Sin embargo, algunos actores esperan convertirse en los paladines de la unidad, mientras otros tratan de aprovechar la oportunidad para construir un acuerdo a la medida de sus propios intereses, sin responder a las verdaderas necesidades ciudadanas.

Aunque desde todos los sectores del país se hacen llamados al diálogo y a la construcción de un acuerdo, la pregunta que queda en el aire es: ¿quién convoca y dónde se convoca? ¿Quién tiene el valor de derribar las barreras de los intereses personales y políticos y pone en primer plano el interés nacional?

Camino de largo aliento

Desde sus páginas y espacios LA HORA ha llamado a la construcción de un acuerdo nacional, incluso antes de la convocatoria a las elecciones presidenciales y legislativas adelantadas.

Desde la construcción de la unidad para la recuperación de Quito, pasando por el seguimiento a los acuerdos con los movimientos sociales e incluso la búsqueda de temas para proponer salidas a la crisis política, antes del juicio político al expresidente Guillermo Lasso, han sido revisados junto a actores de la sociedad civil, movimientos sociales, iglesias, empresarios y dirigentes políticos.

Tras la disolución de la Asamblea Nacional por el decreto de muerte cruzada, desde LA HORA se hizo un llamado al diálogo y al acuerdo nacional a los precandidatos presidenciales que en ese momento se perfilaban para optar a la silla de Carondelet.

Yaku Pérez, Otto Sonnenholzner y Fernando Villavicencio fueron llamados a un espacio abierto para conversar y avanzar en un proyecto de país, pero las agendas de campaña impidieron el encuentro, al que Villavicencio accedió sin dudar.

Hoy la sociedad civil vuelve a enfrentarse al desafío de liderar un cambio en la forma de hacer política y de construir las soluciones para la ciudadanía.

Un objetivo posible

El abogado y analista político, Óscar Terán Terán, hace poco más de dos meses, desarrolló un ejercicio cívico que aglutinó a personalidades de todos los sectores políticos para proponer el reconocimiento de la figura de Fernando Villavicencio en las fiestas de Quito.

La experiencia resulta valiosa hoy cuando el país requiere desarrollar un acuerdo nacional que le permita enfrentar con éxito a las bandas delictivas.

Terán explicó a LA HORA que “hay momentos en la vida de los países y las sociedades en los que pueden confluir distintas sensibilidades en una sola idea; es decir, pueden coincidir personas de distinto pensamiento e ideologías opuestas sobre un objetivo, conveniente e inmediato”.

Advirtió que luego del decreto presidencial 111 el país avanza a un estado de guerra civil, en el que “las víctimas vienen de un lado, son los policías, los transeúntes, la gente de a pie”.

Tomando como punto de partida la experiencia para organizar la condecoración post mortem de Fernando Villavicencio, Terán puntualizó que lo primero que debe identificarse es un objetivo en común para todos los participantes.

“Lo primero es identificar el tema y me parece que en este momento está plenamente identificado, es la salvación del Ecuador”, acotó.
Desde su punto de vista, los convocantes a este acuerdo nacional no pueden ser otros que “la sociedad civil, deben ser las personas e instituciones que tienen un resquicio de moralidad”.

Remarcó que es desde “la moralidad que tiene que llamar a la sensatez, al país; a la sensatez de las autoridades y la ciudadanía”.
Destacó que las autoridades y el poder político “tienen que plegarse a eso” de forma contundente, “sin dilatorias y sin medias tintas”.

Terán acotó que, aunque el llamado debe ser para toda la sociedad, en la construcción del acuerdo no pueden participar “quienes llevaron al país a la quiebra, porque si van a la iniciativa, la quiebran”, advirtió.

Recuperar los valores

Boris Cornejo, representante de la Fundación Esquel, indicó a LA HORA que parte de los ingredientes necesarios para reconstruir al país y para la elaboración de un acuerdo nacional pasa por la recuperación de la cordura y de los valores cívicos.

“Hay que hacer una invocación para que recuperemos la cordura, que digamos con calma las cosas y que recuperemos los valores cívicos, la responsabilidad y el cuidado propio, porque la vida tiene que seguir”, recalcó.

Cornejo coincidió que el primer paso debe conducir a la recuperación de la paz, e hizo un llamado para que desde el Ejecutivo se pueda avanzar en la construcción de “un diálogo más franco, más abierto, más constructivo”.

Acotó que una reforma “profunda” al sistema Judicial es un paso importante en el objetivo de recomponer al país, “porque parte de lo que estamos viviendo es consecuencia de la ruptura, del funcionamiento de las instituciones”.

Reiteró la necesidad de “desarrollar una agenda mínima de acuerdos para generar empleo, porque hay problemas de equidad, que los jóvenes tengan cabida en el sector productivo”.