RETAZOS Y MISERIAS

Hace ya muchos años, allá por la década de los años sesenta del siglo pasado, Mario Vargas Llosa pone en boca de Santiago Zavala, uno de los personajes de su novela “Conversación en la Catedral”, una pregunta que desde entonces me persigue: ¿En qué momento se jodió mi país?

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Hace ya muchos años, allá por la década de los años sesenta del siglo pasado, Mario Vargas Llosa pone en boca de Santiago Zavala, uno de los personajes de su novela “Conversación en la Catedral”, una pregunta que desde entonces me persigue:

¿En qué momento se jodió mi país?

Quiero trasladar la pregunta a mi país, el Ecuador, porque yo nací en esta tierra y me duele todo lo que a ella le acontezca. Así es que me pregunto, ¿en qué momento se jodió mi país? ¿Acaso es posible determinar un momento en que fuerzas ciclópeas, celestiales o sociales, pueden desatarse por mandato celestial para joder a un país?

No, nada más erróneo. No existe un momento; lo que existe son varios, muchos momentos, en los que parecen confluir fuerzas oscuras y no tan oscuras que ponen en peligro la convivencia humana y social, en nuestro territorio.

Hoy estamos frente a uno de esos momentos, en que gobierno y gobernados, movidos por líderes ambiciosos y brutales, por gobernantes indolentes e incapaces de entender al país, en un simulacro de diálogo democrático se han sentado alrededor de una mesa para repartirse en poder.


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Tú pides y yo te doy, parece que fue la consigna, porque de otra manera no se entiende que, de 10 temas consignados por la dirigencia de la CONAIE, luego de las impúdicas tomas de Quito, en el 2019 y en junio de este año, en el acta de finalización del tratamiento de dichos pedidos, el gobierno, suelto de huesos, señala como un triunfo que se ha logrado consensos en 218 temas.

Consensos en los que el gobierno ha sometido sus obligaciones a pedir permiso a la dirigencia indígena para gobernar. El presidente de la CONAIE y sus adláteres pueden ahora, retirarse tranquilos a sus Asambleas para planificar la siguiente paralización del país, para exigir más y más, porque saben que frente a ellos no se sientan seres a los que les duele el país, sino títeres de ambición de terminar su mandato.

Pero, veamos algunos ejemplos de estos consensos: para nadie es extraño que un gobierno que nace de las urnas debe ser el rector en:

POLÍTICA EXTERIOR

Sin embargo, en el documento presentado por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, como ente testimonial de estas mesas de diálogo encontramos el siguiente pedido de las organizaciones sociales:

29.Transparentar el presupuesto, los acuerdos y convenios mantenidos con EE.UU, en el marco de la seguridad.

Y este es el consenso:

El Gobierno, a través del Ministerio de Gobierno, se compromete a solicitar a la Cancillería información sobre los acuerdos suscritos con el Gobierno de Estados Unidos, para que sea entregado a las Organizaciones Sociales, Organizaciones de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas, hasta el 12 de octubre

Y este otro pedido de la CONAIE:

Se deberán suspender las negociaciones para la implementación de un “Plan Ecuador”; y en alternativa, se buscará la cooperación internacional en el seno de Naciones Unidas y otros organismos similares, bajo un enfoque de derechos humanos e interculturalidad, para responder al crimen organizado y a la delincuencia transnacional.

Y los delegados del gobierno se limitan a responder:

“…no existe un Plan Ecuador, sino una Cooperación de lucha contra delitos de narcotráfico y fondos para atender la seguridad integral, como parte del Plan Nacional de Seguridad Integral, el mismo que se ajustó al Plan Nacional de Desarrollo.

En ningún caso defienden la potestad del gobierno de establecer y dirigir la política exterior del Estado

SEGURIDAD:

“La política pública de seguridad integral no puede seguir basada en nociones securitistas y punitivistas ni estar determinada unilateralmente por el gobierno de turno. En un Estado plurinacional e intercultural, la política de seguridad debe basarse en derechos humanos, colectivos y de la naturaleza y ser resultado de un consenso amplio e inclusivo. Se establecerá una mesa técnica de construcción participativa de la política de seguridad integral a la cual se convocará a las organizaciones sociales, organizaciones de los pueblos y nacionalidades, academia, cámaras de producción, organismos internacionales, etcétera. El gobierno asignará los recursos suficientes para la conformación y funcionamiento de este mecanismo.

No solo que las organizaciones sociales marcan los lineamientos de la política de seguridad, sino que establecen los parámetros en los que debe basarse dicha política, señalan quien debe participar en la “construcción participativa de la política», y reduce el papel del gobierno y solo demanda de él, la asignación de los recursos suficientes para su funcionamiento.

¿Cuál fue la posición del gobierno sobre este tema?


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“El Gobierno tiene la apertura para que, en el diseño y preparación del Plan Nacional de Seguridad Integral, se lo realice con la participación de las organizaciones sociales y organizaciones de los pueblos y nacionalidades indígenas, mediante cualquier mecanismo de participación ciudadana, por ejemplo, talleres, encuestas, reuniones de trabajo, entre otros”.

EDUCACIÓN:

PETITORIO 12: Plurinacionalizar e Interculturalizar el Sistema de Educación Superior. Reformular el Sistema de Evaluación de la Educación Superior, incorporando indicadores y parámetros de interculturalización en la Evaluación y Categorización que se realizará el año 2025, por el CACES.

Se propone mínimamente los siguientes indicadores:

• Al menos 21 % de las investigaciones desarrolladas por las instituciones de educación superior sea sobre las idiomas, axiologías, ciencias, saberes, conocimientos, tecnologías, pedagogías y epistemologías de los pueblos y nacionalidades indígenas, pueblo afroecuatoriano y pueblo montubio.
• Al menos 21 % de carreras y / o programas sobre ciencias, saberes, conocimientos, tecnologías, pedagogías y epistemologías de los pueblos y nacionalidades indígenas, pueblo afroecuatoriano y pueblo montubio.
• Al menos 21 % de las publicaciones científicas y de la literatura técnica en lenguas originarias.
• Al menos 21 % de la Infraestructura física con pertinencia cultural.
• Al menos 21 % de las mallas curriculares de los programas -carreras que incluyan materias sobre ciencias, saberes, conocimientos, tecnologías, pedagogías y epistemologías de los pueblos y nacionalidades.
• Al menos 21% de las carreras o materias se enseñan en uno de los idiomas originarios.
• Al menos 21 % de las tesis de grado sean realizados en los territorios de pueblos y nacionalidades indígenas, pueblo afroecuatoriano y pueblo montubio.
• Al menos 21% de los proyectos de vinculación con la comunidad respondan a las necesidades y problemáticas de los territorios de pueblos y nacionalidades indígenas, pueblo afroecuatoriano y pueblo montubio.

La postura del gobierno:

Se construirá un nuevo modelo de evaluación institucional para las IES, que se aplicará a partir del 2025, de forma participativa con las organizaciones sociales de pueblos y nacionalidades indígenas, pueblo afroecuatoriano y pueblo montubio y las IES, en el que incorporarán indicadores de interculturalidad y plurinacionalidad que valoren el impacto positivo de la investigación y vinculación con las comunidades de pueblos y nacionalidades. Estos considerarán ciencias, saberes, conocimientos, tecnologías, pedagogías, lenguas, ontologías y epistemologías de los pueblos y nacionalidades indígenas, afroecuatorianos y pueblo montubio.

El punto de corte que se establecerá para la puntuación máxima de los indicadores de investigaciones y vinculación será del 21%, en los que se considerará la interculturalidad y plurinacionalidad de los pueblos y nacionalidades

Y cómo si esto fuera poco, aunque no aparece en el documento señalado, la prensa nacional, en días pasados, informó que el gobierno cedió la rectoría, organización, currículos, nombramientos y demás factores de la Educación Intercultural Bilingüe a las organizaciones sociales, quedándose únicamente con la obligación de entregar los dineros que se requieran para su funcionamiento.

SALUD

En este campo, las organizaciones indígenas buscan el reconocimiento oficial y su financiación de los “saberes ancestrales”; es decir que la medicina indígena se equipare a la medicina moderna en todos sus niveles. La rectoría de este servicio, por supuesto, sería ejercida por la CONAIE.

JUSTICIA

Es aspiración de las organizaciones indígenas el reconocimiento, por parte del Estado de la Justicia indígena. Para ello, reclaman que nadie pueda interferir en sus decisiones, que todas las autoridades de investigación y juzgamiento no se entrometan en sus procedimientos y la redacción de un código especial que ampare a la justicia indígena.

Pero, lo más importante, es la impunidad que rodee a todos los ecuatorianos que participaron y pueden participar en un futuro en lo que ellos llaman: “derecho a la protesta” y que se traduce en los actos de la toma de carreteras, fábricas, ciudades y servicios públicos.

Menos mal que el gobierno, en este tema, cual Pilatos, se lava las manos y señala que nada puede hacer en el accionar de las otras funciones del Estado. Las organizaciones sociales dejaron en claro su postura sobre el manejo petrolero y minero, la política de rehabilitación en las cárceles, en la política tributaria y otras leyes. Los delegados del gobierno han cedido a nombre del Estado y del país ante un puñado de dirigentes que, prevalidos de las ventajas que les otorga la fuerza callejera, un espacio de poder que les permite cogobernar en unos casos y, en todos los casos, boicotear, mediante la amenaza, la gestión de este gobierno. Y de los sucesivos.
Es que el Ecuador está jodido y eso no lo podemos negar, sus síntomas están a la vista de quien quiera verlos: desunión, trampa, corrupción, impunidad, mentiras, trafasías, cobardía, ausencia de valores cívicos y éticos, prepotencia, violencia, en fin, son tantos estos síntomas que no lograría describirlos a todos.

Este es otro momento en que se jode mi país, porque esta cesión del poder y el aparecimiento de un gobierno, aunque escondido, tanto o más fuerte y poderoso que el que elegimos en las urnas, es la figura icónica de un país dividido, separado no solo por razones étnicas y culturales, sino también por reivindicaciones vengativas que nos acercan aceleradamente a la desaparición de la patria.

“De tanto no tener nada, no tengo de donde ser”. Quisimos ser país cuando en realidad somos muchos y no tenemos ninguno.
Ahora estamos como estamos, sin capacidad de diálogo porque aprendimos a ser hipócritas. Sin solidaridad porque aprendimos a ser sumisos. Aprendimos que la rebeldía con violencia es la única que escuchamos. Comprendimos que no somos país, porque apenas somos pueblo sobreviviente.

Fausto Jaramillo