Esmeraldas regresa paulatinamente a su actividad comercial

Según informes gubernamentales, Esmeraldas ya no figura entre las cinco zonas más peligrosas del país, un cambio radical que merece ser celebrado.

La reactivación gradual de la actividad económica es una señal alentadora pues los locales comerciales, que antes cerraban temprano por temor, ahora permanecen abiertos durante más tiempo, aunque aún con cierta cautela debido a los vestigios del miedo. Según datos oficiales, entre enero y marzo, la incidencia criminal en Esmeraldas disminuyó en un impresionante 52% en comparación con el mismo período del año anterior. Además, las muertes violentas se redujeron en un 59% durante los primeros tres meses del año en curso.

La Fuerza de Tarea Conjunta
El gobierno atribuye este progreso a la acción contundente de la Fuerza de Tarea Conjunta, una agrupación formidable de más de 1.200 uniformados. Esta iniciativa ha logrado transformar barrios antaño dominados por el crimen, como Santa Lucía y Puerto Limón, en vecindarios pacíficos. Esta mejora se atribuye a los 8.100 operativos realizados durante este período, que incluyeron la apertura de 2.800 locales comerciales que habían sido forzados a cerrar debido a la extorsión y el miedo imperante.  Donde antes reinaba el temor, con militares ingresando en vehículos blindados y enfrentamientos frecuentes, ahora se observa una atmósfera de tranquilidad. Los uniformados patrullan las calles en camionetas, y las familias disfrutan de las aceras sin miedo, mientras los niños saludan alegremente a los agentes.

Desafío continuo

Si bien los avances son notables, las autoridades reconocen que la delincuencia es como una plaga que, aunque erradicada del centro, puede haberse desplazado a los barrios y zonas rurales. Por ello, la vigilancia y los operativos deben mantenerse constantes. Aunque la situación ha mejorado considerablemente, los residentes aún deben mantener ciertas precauciones y no bajar la guardia por completo. La intervención policial y militar se mantiene firme, con el objetivo de consolidar a Esmeraldas como la provincia más segura de la costa ecuatoriana.

Un modelo a seguir

La experiencia de Esmeraldas podría servir como un modelo a replicar en otras regiones del país que enfrentan desafíos similares en materia de seguridad. El enfoque integral, que combina operativos contundentes con la reactivación económica y social, ha demostrado ser una fórmula exitosa. A pesar de los logros alcanzados, es importante mantener la cautela y no dar nada por sentado. La delincuencia es un fenómeno complejo que requiere una vigilancia constante y la adopción de medidas preventivas a largo plazo. El éxito de esta transformación no solo depende de las autoridades, sino también de la participación activa de la ciudadanía. Fomentar una cultura de denuncia, promover la cohesión comunitaria y fortalecer los lazos entre residentes y fuerzas del orden pueden contribuir a mantener los avances logrados. (DLH)