La filosofía: Un saber que agoniza

Es ya una costumbre que casi todos los días del año se festeje cualquier actividad, arte, oficio o derechos. No hay actividad humana que no cuente con un día específico, hay tantas que el calendario resulta corto para rememorar sus atributos, pero como no hemos visto uno tan especial como el día de la Filosofía y cuando su contribución en más necesaria que nunca en una época tan convulsionada consideramos que siendo el 17 de noviembre el día de la Filosofía le dediquemos un recordatorio.

A la luz de lo expuesto por Sócrates:
“Solo se que nada se”
La filosofía, se ha dicho y a mi modesto entender, es la madre de todas las ciencias; pues, siempre existe relatividad y no hay una norma absoluta en términos de la humanidad.
Bajo la textura intelectual de Aristóteles, quien dijo: “La filosofía es la manera de acceder al conocimiento”
Evidenciamos que, el conocimiento nos conduce de la mano a estructurar con firmeza un hacer en el mundo intrínseco, está también una proporción ideológica.
Cuando hablamos de conocimiento y pretendemos ubicarlo en el mundo científico, siempre la opinión es la posibilidad de comprobar un aserto y por ello, apartamos ese tipo de conocimiento de la creencia, que no es, sino la manifestación de la voluntad a través de la fe; en no pocas ocasiones se aparta de la comprobación y más aún bajo la condición científica.
Entre la versión de la ciencia y la fe, no debemos olvidar una de las manifestaciones humanas más profundas y valederas, como es la conciencia y está debe estimarse tanto en lo individual como en lo social.
En la actualidad, existe un debate de magnitud excepcional, respecto de la validez científica de las vacunas; pues, no alcanzaron un grado de madurez y de comprobación suficientes y la humanidad construyó su aplicación sin más demora, atenta la mortandad que azotaba, sin piedad en prácticamente todas las latitudes del Orbe.
Varios documentos médicos, de orden científico y técnico, estiman que hubo precipitación y que el Consejo Mundial de Salud dio luz verde bajo la preponderancia de los laboratorios y farmacéuticas; la parte más criticable no solo es el número de dosis que se han aplicado en algunos países como el nuestro, donde ya vamos por la cuarta y lo gravísimo, radica en que también se facultó vacunar a niños menores de 10 años.
Se ha expuesto en múltiples manifestaciones que las consecuencias de estas vacunas podrían acelerar problemas cardíacos, pulmonares, cerebrales y otros aún inimaginables.
Una parte de la humanidad, dirá que era y es positiva la fe; admirable posición, aunque quizá para muchos no aceptable.
En este día mundial de la Filosofía, es oportuno recordar bajo el ejercicio democrático de los pueblos a Platón, autor de la obra maestra: La República, quién nos dice:
“El objetivo de la educación, es la virtud y la meta de convertirse en un buen ciudadano”
Es uno de los pioneros de la Democracia y la Libertad y bajo esa temática, sopesar el término virtud, significa, elevar al hombre a un grado superlativo de dignidad y plasma como meta la condición de los seres humanos a la ciudadanía; es decir, a ese Zoon Polítikón de Aristóteles, pretende vestirlo con el traje de gala de ciudadano; ciudadano que, en el sueño y la voz de Miguel de Unamuno debe tomar la condición de -Universal-
Es oportuno recordar a Descartes: “Pienso luego existo” uno de los pilares fundamentales de la filosofía contemporánea constituye el existencialismo y en los máximos representantes ubicamos a Jean Paul Sastre y Albert Camus.
Efectivamente Sartre dice: “El hombre está condenado a ser libre, ya que una vez en el mundo, es responsable de todos sus actos”
Este contexto filosófico, no se aparta de lo político, por el contrario, se reafirma; de ahí que, el veneno a esa libertad toma el nombre de totalitarismo, caudillismo o fascismo, del color que fuere.
En los regímenes totalitarios como en ningún otro, se acentúan múltiples ilícitos como por ejemplo: la guerra, el narcotráfico, delitos de cuello blanco el hambre, la desnutrición, el racismo, trata de blancas, tráfico de órganos usura, el femicidio, el desempleo, la inseguridad, las llamadas vacunas, abortos ilegales y otros males que ameritan pronta solución; si arrimamos todos el hombro, para alcanzar esos fines.
Albert Camus dice: «Cada generación, sin duda, se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sabe, sin embargo, que no lo rehará. Pero su tarea quizás sea más grande. Consiste en impedir que el mundo se deshaga».
Hoy todos los seres humanos, desde niños hasta la cuarta edad, tenemos la obligación de ejercer nuestra libertad conservando lo mejor posible a nuestra madre; el planeta tierra y ese compromiso y práctica permitirá que vengan nuevas generaciones y quizá, nos superen en todo orden.
Albert Camus también dijo: «Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala».
Por fortuna, la prensa tradicional de: periódico, radio y televisión; está siendo superada en varios ítems, por medios digitales e independientes al servicio de los pueblos, de la población y aspiramos que pronto de manera más gravitante, de la ciudadanía.
Uno de los filósofos del siglo que culminó y dejó raíces para el actual, es Osho Rajneesh y es importante enunciar dos de sus valiosas obras: “Vida, amor y risa” y “Sacerdotes y políticos: la mafia del alma”.
En el primer caso, naturalmente esta trilogía de vida, amor y risas identifica de cuerpo entero lo que debe tener de positivo la humanidad; pues, la vida conjuga también la dignidad; el amor intenso y la risa como el idioma más potente del cerebro y el corazón a nivel universal, que jamás amerita traducción instantánea.
Cuando hablamos de sacerdotes entendemos que, en el mundo se estima, existen 4200 religiones y cuando hablamos de políticos; superando el axioma de Aristóteles , no se puede a pretexto de libertad de expresión; facultar en un mundo democrático, un sinnúmero de partidos y movimientos que anarquizan las ideologías, como en el caso ecuatoriano, que se acercan ya a las 300 organizaciones políticas.
Cuando los caudillos se degeneran y degeneran a las sociedad, eternizándose en el poder y luego pretendiendo ser Zares, tratando de tapar el sol con un dedo como por ejemplo; declarando la guerra desde un país a otro y amenazando al globo terráqueo con las armas nucleares, se convierten y pretenden convertirnos en seres infinitamente inferiores en el orden zoológico.
La filosofía, juega como madre de las ciencias, el papel orientador de la ideología humana, del servicio, de la conciencia, de la fe y de la libertad entre otros valores inconmensurables; por ello es hora de no rendirnos, como dijo Winston Churchil: “Nunca rendirse, nunca, nunca, nunca, nunca, en nada grande o pequeño, enorme o minúsculo, nunca rendirse salvo a las convicciones de honor y el buen sentido”.
Debemos seguir luchando cotidianamente por una ciencia, una técnica y un humanismo al servicio de los demás; pues, esta ínfima nomenclatura de filósofos enunciados; se refuerza a través de todos los tiempos con un sinnúmero más de estos Maestros; cuyo mensaje y ejemplo, la humanidad debe enarbolar en este día y todos los días.

Doctor. Walter Enríquez Vásquez