¿Vuelve la guerrilla?

Los servicios de inteligencia del Estado revelan lo que, desde las protestas de octubre de 2019, es un secreto a voces: se gesta en Ecuador un movimiento con ínfulas guerrilleras, estrechamente vinculado tanto a ciertos personajes políticos locales como a narcocriminales extranjeros. 

Ayer, frente a lo que Inteligencia calificó como una inminente amenaza a la integridad de un empresario ecuatoriano —es decir, un secuestro—, la Policía condujo allanamientos y apresó a nueve personas relacionadas con el autodenominado ‘Movimiento Guevarista’.

Ya lo advirtió María Paula Romo cuando, desde el Ministerio de Gobierno, intentaba rearmar los servicios de inteligencia que el correísmo manejó y luego desbarató.

Más de dos años de investigaciones, dice el Gobierno, revelan una red internacional de reclutamiento y entrenamiento guerrillero que seduce a los jóvenes ecuatorianos bajo una suerte de sueño a lo ‘Che’ Guevara (dicen que les ofrecen estudiar en Argentina) y termina en el campamento del hoy fallecido alias ‘El Paisa’ en la frontera colombo-venezolana.

“La violencia es un fenómeno social incomprensible”, escribió ayer el ministro de Defensa, Patricio Carrillo, tras la explosión de dos coches bomba en Esmeraldas. Discrepamos, pues la violencia que se vive en Ecuador tiene varias explicaciones. Y, si bien es el apéndice de un fenómeno social y económico regional, debemos reconocerlo primero para luego buscar sanar.

El poder Ejecutivo debe entender que el país votó por Guillermo Lasso para salir del correísmo. El país no le tiene miedo a la mano dura -ya lo vivió y lo toleró por décadas- pero sí a vivir como en los peores años de la guerra colombiana o como en el narcoestado venezolano.

FRASES DEL DÍA

«Si escuchas demasiado una mentira comienzas a pensar que debe —o que podría— ser verdad.

Madeleine Albright (1937-2022), diplomática estadounidense

«Hay que beber para recordar y comer para olvidar.

Manuel Vásquez Montalbán (1939-2003), escritor español