La motivación es todo aquello que hace que el ser humano se mueva en una dirección y tenga un propósito específico, se puede adquirir, mantener o incrementar según elementos internos. El aprendizaje no se puede imponer a los demás, es la propia voluntad de los estudiantes aceptar o rechazar las sugerencias de aprendizaje en función de sus motivaciones.
En la actualidad, como parte del trabajo docente la motivación debe incorporarse al plan de trabajo de acuerdo con las necesidades del niño, joven o adulto. Si se permite considerar la motivación en el plan de trabajo diario, se favorecerá el proceso de enseñanza, el aprendizaje e incluso el comportamiento y se podrá despertar, guiar y mantener durante todo el proceso.
La verdadera motivación para un aprendizaje significativo en el aula proviene de satisfacer el interés, la concentración y las necesidades energéticas de los estudiantes. Ahora con la virtualidad es más complejo llegar a cada estudiante o al menos intuir la falta de motivación en uno o algunos estudiantes.
Debemos considerar que existen dos tipos de motivación, interna y externa. En primer lugar, la motivación interna se refiere al objetivo perseguido por todos, que es la experiencia de un sentido de competencia y autodeterminación para el trabajo o el desempeño de tareas sin depender de recompensas. Por otro lado, la motivación externa está relacionada con la realización de tareas o deberes para obtener recompensas o evitar consecuencias o castigos.
Con el fin de promover un aprendizaje significativo a lo largo del año escolar, los maestros pueden utilizar las motivaciones externas para incentivar a sus estudiantes, felicitar su progreso y recordarles no olvidar su motivación en la vida. Recuerde, los profesores y cada uno de nosotros podemos animar a una persona a través de una acción para alcanzar grandes metas en base al modelo de apoyo y motivación que representan.