Orgullo Tsáchila

Emily Torres Larriva

Emily Torres Larriva

Hace unos días, en un encuentro nacional tuve la oportunidad de conocer a varios profesionales, a quienes con mucho orgullo les comentaba que mi actual domicilio se encuentra en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, todos de manera unánime coincidían en lo afortunada que soy al haber elegido a esta tierra como mi casa, y resaltaban los múltiples beneficios de mi ciudad. 

Aquellos diálogos crearon en mí una ventana de reflexión, estamos invadidos de noticias sangrientas y violentas, redes sociales y medios de comunicación informan a diario la inseguridad que se ha tomado la urbe,  vivimos quejándonos de  la delincuencia, la desorganización, la corrupción, los gobernantes, entre otros temas que son preocupantes y reales, sin embargo, quienes están mirándonos desde afuera resaltan el gran potencial de nuestra tierra que se ha visto opacado por aquellos factores negativos que nos gobiernan.

El comercio, la agricultura, la ganadería, la estratégica ubicación geográfica, el clima acogedor, la diversidad cultural, la gastronomía, sin duda alguna, Santo Domingo es una plaza en donde encontramos mixturas de la Costa y la Sierra a los mejores precios del país.

Con colosales atributos nuestra tierra sobresale a nivel nacional, como habitantes de la misma estamos llamados a vencer estos factores que están ensombreciendo el potencial que ostentamos, porque la ciudad que anhelamos para el presente y futuro la instituimos todos los días, con compromiso y educación, con amor y respeto, con fervor y orgullo, con trabajo y entrega.

Ser parte de la transformación que deseamos ver es una obligación inequívoca, porque vivir en una tierra privilegiada tiene que generar un ferviente compromiso de mejora continua, resonemos que la bonanza de un pueblo está en manos del coraje de su gente, de la educación de sus niños y del trabajo conjunto de la ciudadanía.

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