Olas de calor

Diego Albán Quishpe

Diego Albán Quishpe

En las últimas semanas, Ecuador ha experimentado un aumento significativo en las temperaturas, especialmente en la región Costa. Esta situación, conocida como ola de calor, no solo genera incomodidad, sino que también representa un riesgo para la salud de la población.

El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) identifica varios factores que inciden en este fenómeno: el fenómeno de El Niño, la escasez de lluvias y la deforestación. Aquello no solo nos resulta incómodo, sino que también puede conllevar graves consecuencias para nuestra salud, especialmente en grupos vulnerables como niños, adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes. Entre los riesgos asociados a este fenómeno se encuentran la deshidratación, el golpe de calor y la exacerbación de enfermedades.

Para afrontar las olas de calor, es crucial que tomemos medidas preventivas, tales como, la hidratación constante, evitar la exposición solar durante las horas más calurosas del día, usar ropa ligera y holgada de colores claros, protegerse del sol con sombrero, gafas de sol y protector solar, y cuidar a los grupos vulnerables.

Por su parte, el Estado debe fortalecer las medidas para mitigar el cambio climático, protegiendo los bosques y promover la adaptación al clima, como también sancionar tanto a las personas naturales como jurídicas que incurran en la contaminación. La sociedad civil, por su parte, debe tomar conciencia del problema y adoptar medidas responsables para protegerse a sí misma y a los grupos más vulnerables.

Ignorar este fenómeno evidentemente sería un grave error. Es hora de actuar con responsabilidad y tomar medidas para protegernos de este enemigo silencioso que nosotros mismos hemos creado, el mismo que amenaza la salud y el bienestar de la población ecuatoriana y del mundo.

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