Ruby Mena Melo
La diversión es una parte esencial de la vida, pero, en algunos casos, esta búsqueda de entretenimiento puede dar lugar a actividades desfavorables. Las tendencias actuales muestran un aumento en la participación de los jóvenes en actos que pueden intentar contra su salud y bienestar.
El consumo de drogas y alcohol entre los adolescentes es un problema de salud pública que preocupa a nivel mundial. A pesar de los esfuerzos para prevenir el uso de sustancias, muchos se ven tentados por la presión social, la curiosidad y otros factores.
‘Divertirse’ con personalidad no es fácil en una realidad distorsionada, donde se ha impuesto lo dañino como una forma de ‘pasarla bien’.
Uno de los rasgos que causa esto es el enorme aumento del tiempo libre y, como consecuencia de esto, la proliferación de espectáculos, y el desarrollo de una muy lucrativa industria del entretenimiento.
El ocio puede llevar a las personas por caminos negativos cuando se utiliza de manera inadecuada o se combina con influencias perjudiciales.
Los adolescentes son el reflejo de la sociedad en la que crecen, tienden a imitar lo que observan. En lugar de invertir su energía y esfuerzo en construir algo nuevo o fomentar su creatividad, a menudo optan por soluciones rápidas y simples para satisfacer sus necesidades.
Vivimos en un mundo en constante evolución, donde los desafíos y las tentaciones pueden llevar a las personas por caminos difíciles. El acceso a la información y la tecnología ha amplificado la exposición a influencias negativas. Las redes sociales y los medios de comunicación presentan a menudo estilos de vida poco realistas y comportamientos de alto riesgo como algo deseable.
Los jóvenes suelen minimizar y normalizar el abuso de sustancias y pueden priorizar el beneficio inmediato, y cuando se dan cuenta del mal que se han causado, ya es demasiado tarde.