Juicio político

Geomara Rodríguez De la O

Geomara Rodríguez de la O

En términos sencillos un juicio político es un proceso legal donde se acusa a un funcionario público de cometer una conducta inapropiada o ilegal en el ejercicio de su cargo. Si el funcionario es declarado culpable, puede ser destituido y posiblemente enfrentar consecuencias legales adicionales.

Los proponentes de la destitución del presidente Lasso, prometen que esta acción podría propiciar una reorganización del poder y tener efectos en la política y la economía del país. Mientras que el Ejecutivo asegura que dicha solicitud está viciada de errores de forma y fondo, jurídicos y fácticos, y acusa a los asambleístas de atentar contra la democracia y la institucionalidad.

Sin embargo, un juicio político por sí solo no puede cambiar completamente la realidad de un gobierno y menos la de un país, podría tener un impacto significativo, pero su efectividad dependerá de varios factores, incluyendo el alcance de la corrupción, el abuso de poder, el contexto político, la voluntad del gobierno y la asamblea, y participación de la sociedad para abordar el problema.

Existe un sentimiento de frustración, cansancio y hartazgo en los ciudadanos respecto a la clase política, ya que estamos siendo atacados por la inclemencia de la naturaleza, por el crimen organizado, por los políticos sin sentido del deber y aunque ni siquiera esté en el debate nacional, está cerca una nueva crisis financiera global y nadie está hablando al respecto. ¿Estamos listos para enfrentar todo esto? La respuesta es no, aquí solo hablamos de sacar al presidente, aunque luego no se sabe ¿para qué? o peor aún ¿para quién?

Quienes estudiamos la política tenemos bastante trabajo tratando de entender a los medios de comunicación y su agenda, nos sumergimos en la teoría de elección racional para entender e interpretar los intereses personales y las oportunidades políticas, hacemos un análisis del ciclo político, el framing…y simplemente el juego del poder está en movimiento, aún no llegamos al clímax de la historia. 

En definitiva, lo único seguro son tres verdades: vuelve a cobrar fuerza la frase “que se vayan todos”, aún no es visible una tercera vía que deje por fuera a los que ya estuvieron y a los que están, y somos culpables de estar gobernados por políticos SIN JUICIO.

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