Kriston Mcintosh; Rian Nunn y Jay Shambaugh (2018), de Brookings Institute, me sirven de fuente, para llegar a mis lectores, que grafique el agudo problema de la inmigración, que continúa inalterable, siendo necesario conocer en síntesis su apretada su dimensión.
Estados Unidos, dicen los autores, es un país moldeado por la inmigración, existiendo mucha controversia a lo largo de su historia sobre los recién llegados, siendo necesario evidenciar los cambios experimentados y su contribución al desarrollo de este país.
Seis son las aristas seleccionadas:
1) día cerca del 14% de la población de los EEUU nació en el extranjero, cifra superior al 5% que primó en 1970; después de la ola migratoria que llegó de Europa a finales del siglo XIX, la inmigración cayó drásticamente a cerca de un millón en 1910 y a solo 165.000 en 1924, debido a la gran depresión y la primera guerra mundial.
En la segunda mitad del siglo XX la cifra subió, obligando en 1986 a promulgarse la primera amnistía que se registra; hoy la cifra varía, desde el 5% en el sur y medio oeste, hasta más del 20% en California, Nueva Jersey, Florida y New York.
2) Desde los años 60, el promedio de niños que tienen las mujeres en EE. UU. como promedio cayó de 3.7 a 1.8 por mujer; en contraste, la población de inmigrantes y sus hijos continuó creciendo.
3) En el 2014, el 44% de la población nacida en el extranjero obtuvo la nacionalidad, otro 27% obtuvo un permiso de residencia permanente y un 4% residencia temporal.
Cerca de 11 millones de personas están viviendo en el país, sin autorización legal, siendo ese el problema actual.
4) Hoy, la mayoría de los inmigrantes vienen de América Latina y Asia; en el siglo pasado, fueron de Europa.
5) Sobre el grado educativo es enorme la variación existente, uno de cada cuatro inmigrantes no terminó la escuela, pero notan que existe mayor interés actual por capacitar a sus hijos, existiendo un significativo aporte de inmigrantes calificados.
6) Los inmigrantes contribuyen directamente al crecimiento económico de este país, incrementando significativamente la demanda de bienes y servicios, siendo ese aspecto un elemento positivo a favor de la inmigración.