Henry Basurto Jimbo
Esta palabra de nueve letras puede englobar un sinnúmero de buenas percepciones que una persona puede tener sobre algún aspecto en particular. El motivo por el cual una persona es feliz, generalmente está basado en un acontecimiento bueno para su vida, algunos de índole absurdo para el común de las personas, pero para el poseedor de la dicha, es algo que llena, alimenta y permite dormir tranquilo durante las noches.
La felicidad no es percibida de la misma forma por todas las personas, me refiero al hecho de que, para alguien, la felicidad significa un título académico, pero para otra es el resultado de un buen negocio. Para algunos el conocimiento, como fuente del saber, llena sus corazones de alegría, pero particularmente para otros, el dinero ocupa primordialmente la fuente de su felicidad, pues han puesto como medidor de tranquilidad a lo económico.
No está mal tener cierta fijación por las cosas materiales para poder ser felices, pues a mi criterio cada quien es feliz con lo que le place, puesto que señalar lo bueno y lo malo no es una tarea que le corresponda al que no es feliz en ese momento, pues la infelicidad de alguien fácilmente es traducida como la envidia del que no tiene nada, peor aún algo tan preciado como la felicidad que no se puede comprar.
Grandes sonrisas pueden dibujarse en el rostro de quienes nos aprecian al compartir los momentos felices de quienes verdaderamente se alegran con nuestro bien, pero de quienes la envidia ha envenenado su alma lo único que puede esperarse es la hipocresía de palabras aduladoras que muy en el fondo son parte del odio enmascarado del que lo profiere. En fin, perseguir la felicidad tendrá la medida de nuestras expectativas, sin importar cuánto cueste, cuánto se demore y cuánto sacrificio existe de por medio. Recuerda que la meta es la alegría inescrutable que solamente pueden sentirse en tu propio corazón.