Entre rimas y realidades

Lenin Sánchez Espinosa 

Lenin Sánchez Espinosa

Y, ¿ cómo vamos con esa humildad de nosotros como personas? Se nos hace tan complicado admitir que somos orgullosos y egocentristas, cuando en realidad podemos ser sencillos ante tantas personas que necesitan saber qué se siente haber logrado algo en la vida y seguir siendo el mismo. Pero no, muchos, mientras más lejos llegan, más pronto se olvidan sus orígenes, sin darse cuenta que en ocasiones pisotearon al resto. No les importó haber humillado a muchos con tal de lograr su cometido. Claro, otro quedaría afligido.

Si tan solo supiéramos qué bien se siente sintonizar con alguien que requiere nuestra ayuda. Qué rico se siente ponerse en los zapatos de otra persona, saber cuánto le costó caminar y no doblegar. Sentir su dolor, cuánto batalló y sigue batallando, sudando la camiseta de su familia solo para tratar de llevar algo a la olla. Y  así, que los suyos puedan comer, no grandezas, pero sentirse con ese honor de haber conseguido su propósito diario, aunque vacío esté su armario. Es que es así, muchos padres dejan de vestirse con tal que sus hijos tengan un pan en su estómago y al siguiente día ver qué obstáculo tengan que sortear para a los suyos alegrar.

¿Qué te hace un título? Lo sé, un profesional, y qué bien por ti. Pero, ¿qué pasa con esa persona que no tuvo la dicha con lo que tu cuentas? Es necesario ser mejor persona para aprender a ser un profesional a carta cabal. Tus conocimientos científicos te dan realce ante el resto, pero los graduados en la universidad de la vida muchas veces prueban mejor comida, claro que sí, y me consta. A mí nadie me lo ha contado, yo lo he observado. Es que casi da lo mismo comer con la mano en las peores banquetas que comer con cubiertos en los mejores banquetes. Al fin y al cabo, Dios te bendijo ese día para alimentarte. La misma comida con distinto condumio, en distintos lugares y con diferentes manjares.

¿Se han preguntado cuánta comida muchos prefieren botar a la basura en vez de compartirla? Qué ironía de la vida, unos necesitando lo que otros van menospreciando. Ser mejor humano es ser mejor hermano. Nada te cuesta ser generoso y dar la mano.

Aprende a ser humilde, pues esta palabra no lleva tilde y, como tal, no hagas un esfuerzo por asentar su significado. Así te evitas un pecado y aprendes a ser más educado.

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