Entre rimas y realidades

Lenin Sánchez Espinosa 

Lenin Sánchez Espinosa

Siempre tratamos de buscar ese alguien que ponga calma y paz a nuestras vidas. Pero, para colmo, abrigamos esperanzas en personas perdidas, aquellas que son sometidas por el odio, por la envidia, por la avaricia, por la falta de cordura. ¡Por eso es que se nos hace la vida tan dura!

Mírate al espejo. Créeme, te hará súper bien, ya que ahí encontrarás al verdadero líder que gobierne tu vida. No todo en la vida es en caída; generalmente, nuestro paso por este mundo es un largo recorrido que debemos emprender, un camino tortuoso, lleno de baches y resbalones, pero así mismo de victorias, de luchas diarias ganadas y conquistadas…

¡Alza la cabeza!, me decían, y no se equivocaron. Con la mirada en el piso, solamente conseguirás perderte, sin rumbo, ni dirección. Qué mejor que mirar arriba y tener noción. Cuando miramos al horizonte, nos muestra varias posibilidades, esas pequeñas cosas de la vida que, por nuestro lado, pasan como oportunidades. A veces se quedan y otras nunca regresan. Cómo quisiera volver el tiempo atrás, donde tenía a escoger lo que quisiera, pero no, hoy debo luchar, quiera o no quiera…

Hay momentos a los que llamamos luchas sin cuartel. Es mejor luchar solos, sin depender de aquel, ese que puede ser tu enemigo y no te deja avanzar. Recuerda que hay una vida por caminar, siéntete dichoso que tienes lo que otros no, ¿que te hace falta ganas?, pues sácalas desde el fondo de tu corazón, escucha sus latidos y marcha a su ritmo, paso a paso como un gran corcel y diviértete como si estuvieras en un carrusel.

Tu bienestar no depende de la famosa “fuerza de voluntad”. ¿Por qué? Simplemente, porque no la tienes, perdiste las fuerzas, nadaste contra corriente, te cansaste de luchar, o lo que es peor, este mundo quieres abandonar, cambiemos la frase anterior por “buena voluntad”. ¡Qué cambio, verdad! Y si, no tiene nada que ver con la fuerza, la buena voluntad te servirá para distinguir lo bueno de lo malo, lo alto de lo bajo, lo blanco de lo negro. Conseguirás ser tú mismo, ese que se miró al espejo y en su mirada vio su reflejo. No te canses de ser tú mismo, solamente mejora. Y si no puedes, dobla tus rodillas y ora.

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