El regreso

Javier Corella Sánchez

De acuerdo a lo que el Ministerio de Educación dispuso hoy inician las clases de nuestras niñas, niños, adolescentes y jóvenes, han sido dos años de paralización obligatoria en lo que a presencialidad conlleva y llegó el momento de volver a encontrarse. Y, ¡que bien! pues estamos en Gobierno del encuentro, más existe un encuentro que no es del todo bueno, y es el encuentro con la realidad de las infraestructuras educativas que han sido dejadas a su suerte todo este tiempo.

El Gobierno ha ahorrado este par de años en gastos tanto administrativos como de mantenimiento de infraestructura, llegó el momento de devolver ese ahorro y aplicarlo para su destinatario, la educación. Sumándole a ese ahorro nos encontramos con un precio de barril de petróleo que ha sobrepasado en los últimos meses los cien dólares (lo cual es muy bueno) podríamos concluir que hay recursos suficientes para mantener las escuelas y colegios y que nuestros estudiantes lleguen exclusivamente a estudiar sin problema alguno.

Pero no es así, ¿será acaso que no solo regresamos a clases sino regresamos a un pasado en que los padres de familia con sus cuotas económicas o mingas hagan el trabajo de mantenimiento que al gobierno le competía? ¿Será acaso que nuestros adolescentes y jóvenes con palas y machetes deban arrancar la hierba que la obsolescencia y descuido trajo? Pueda que sí.

Mientras tanto las unidades educativas particulares están listas, funcionales, con docentes no solo capacitados sino motivados, la diferencia duele. ¿Qué culpa tienen las niñas y niños de nacer sin posibilidades de acceder a una educación particular? La brecha de desigualdad creció y eso con el paso de los años se verá claramente, así como clara está la prioridad del gobierno la cual es netamente económica dejando a segundo plano. ¿Qué duda cabe?

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