El cálido niño 

Yveth Romero Padilla

Yveth Romero

Frente a lo que sabemos que viviremos en nuestro país en los próximos meses, como consecuencia de la llegada del “terrible Niño”, me he puesto a reflexionar si este temor que todos sentimos por los desastres que sabemos dejará esta “cálida” corriente en nuestro país ha sido de siempre… Personalmente creo que no. Para nuestras antiguas civilizaciones, la aparición del fenómeno de El Niño era muy bien conocida y más bien respetada que temida. Sin duda alguna, conocían que cada cierto ciclo la temperatura del mar cambiaba y se tornaba “cálida” y eso traía cambios naturales y normales. 

Nuestros antepasados estaban más cercanos a la naturaleza, conocían sus ciclos, conocían de astrología, meteorología y sabían muy bien medir el tiempo. En las investigaciones de la arqueóloga estadounidense Ari Caramanica sobre la adaptación que tuvieron los habitantes precolombinos, y que evidencia cómo estas antiguas culturas supieron “aprovechar” el fenómeno de El Niño. Investigaciones hablan que  los Incas de la costa del Perú, conociendo de este fenómeno, construyeron caudales extras en algunos ríos, para que el agua se reparta por ellos, debido al exceso de lluvia; luego, con acueductos subterráneos, se llevaba en agua para irrigar sus cultivos. Tampoco vivían cercanos a los ríos y evitaban las quebradas. Existía una vida cotidiana cercana a la naturaleza, donde la observación de sus leyes, y más concretamente de sus fenómenos, permitieron aprovecharlo sabiamente  para beneficio de la comunidad; todo tenía un sentido, esto los acercaba más a lo sagrado, de ahí el respeto y el cuidado para con todo. 

Si no estuviéramos tan perdidos, durante 15 años más, hoy, tomemos la lección que seguramente nos dejará el “cálido Niño” y la sabiduría de la historia, para que no tengamos que sufrir por  los desastres que bien podemos prevenir. 

Nueva Acrópolis Santo Domingo