Compañero peligroso

Emily Torres Larriva

Estamos viviendo en la nueva era digital, el acceso a información, la comunicación y las reuniones están al alcance inmediato de cualquier ser humano que tenga internet.

La pandemia nos dio un empujón, expertos mencionan que el mundo nunca ha cambiado tan rápido, cerrar un negocio, recibir clases y firmar un contrato están a un solo un click desde nuestro celular.

Contamos con herramientas necesarias para facilitar la vida de los seres humanos, la tecnología nos permite organizarnos de mejor manera, aprender cosas nuevas, aliviar la carga de nuestras mochilas o maletas, acudir a citas médicas y hasta supervisar nuestros latidos cardiacos.  

Es por ello que el celular se ha convertido en nuestro compañero infalible, es nuestra herramienta clave del día a día, no debemos salir de casa sin nuestro dispositivo, aquello significaría no poder presentarnos a una reunión, no poder realizar pagos bancarios, no poder contactarnos con nuestros proveedores, no poder asistir a clases.

Con todas las herramientas tecnológicas que tenemos a nuestro alcance para facilitar el crecimiento de la sociedad, resulta lógico pensar que la calidad de vida ha mejorado, sin embargo, las cifras de importantes organizaciones nos demuestran lo contrario. El uso excesivo de móviles y computadores ha propiciado problemas de la salud como aislamiento social, depresión, ansiedad, miedo, daños musculares, pérdida de audición y hasta enfermedades oculares.

Bloquear el acceso a la tecnología resulta imposible, sin embargo, el óptimo y controlado uso de la misma es necesario, por todos los daños latentes que se han podido palpar, esta gran herramienta debe ser humanizada, es decir, no puede estar sobre nosotros, no puede robarnos la tranquilidad, no puede suplir las reuniones familiares, no podemos ser esclavos.  

Christian  Lous Lange dijo que :“La tecnología es un siervo útil, pero un amo peligroso” que ésta no llegue a controlarnos y podamos aprovechar positivamente sus usos.

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