Andrea Giler Salinas
Estudiante de la Escuela
de Comunicación de la PUCE -SD
En Ecuador diariamente 5 niñas de 14 años y 136 adolescentes de 15 a 19 años son madres, según información del INEC.
En la actualidad el embarazo precoz es común en la sociedad. En los hospitales de Santo Domingo se observa un gran número de mujeres en estado de gestación, en muchos casos son adolescentes.
Según los jóvenes, con la reapertura de los colegios, después de dos años de pandemia por el COVID-19, se debe realizar campañas que aborden esta problemática, como se lo hace en el centro de salud Augusto Egas, donde con charlas los profesionales capacitan a los padres e hijos sobre educación sexual.
Factores del problema
Rossana Yánez, psicóloga clínica y Selena Ortiz, médico general del centro de salud Augusto Egas, coinciden que los factores que incitan a las niñas a salir del hogar son: la pobreza, ausencia de los padres, sexualidad temprana y falta de educación sexual.
Alexandra Sarango, obstetra del centro de salud, dijo que lo primero que debe hacer la joven al enterarse del embarazo es comunicarle a sus padres, porque necesita una asesoría adecuada para evitar bebés con bajo peso y malformaciones congénitas.
Ana Macas, docente de la unidad educativa Jaime Roldós Aguilera, comentó que en estos casos se trata de orientar a la estudiante para que continúe sus estudios, a pesar de ello hay alumnas que desertan, porque tienen miedo a la crítica, sumado a la falta de recursos económicos o porque los padres o la pareja no la apoyan.
“Faltan campañas informativas, los jóvenes no escuchan, creen que mencionar estos temas es para incitarlos a tener una vida sexual activa y no para prevenir esta problemática”, mencionó Macas.
MADRES. Adolescentes tienen hasta tres veces más riesgo de presentar complicaciones en el embarazo.
Madre adolescente
Marina, fue madre a los 16 años. Cuando se enteró del embarazo estuvo muy deprimida, porque su pareja no quería tener hijos y no estaba preparada para esta nueva etapa.
Su experiencia fue muy difícil, a pesar de unirse con el padre de su hijo, nada era como pensaba.
En casa de su mamá su única obligación era estudiar, mientras que en la vivienda de sus suegros tenía que lavar y cocinar para toda la familia. Además, recolectar cacao y sembrar arroz. Dejó sus estudios.
Al cumplir cuatro meses de embarazo, su pareja fue a trabajar a Puembo, tres meses después se reunió con él. En su octavo periodo dio a luz a su hijo, en el hospital Enrique Garcés en Quito.
El bebé al ser ochomesino tuvo que estar tres días en la incubadora. En ese tiempo que pasó en el hospital nunca fue su esposo. Un año y diez meses después quedó embarazada de su segundo hijo.
A los seis años de vivir con su pareja comenzó lo más duro de su vida. Se enteró de que le era infiel cuando fue detenido por un juicio de alimento. Después fue arrestado otra vez, por el mismo problema. Al salir de la cárcel nuevamente traicionó a Marina y la abandonó.
Desde ese momento ella se convirtió en una madre luchadora, que trabaja para mantener a sus hijos y darles todo lo que necesitan, sin la necesidad de pedirle nada a esa persona que solo les falló.
El dato
Ecuador es el segundo país de América Latina con la tasa más alta de embarazo adolescente