Adopción

Henry Basurto Jimbo

Pocas personas en nuestro país deciden adoptar a un menor. Quizás, porque al momento de emprender el trámite, se ven atropellados con el sinnúmero de requisitos; con tiempos extensos de espera, para poder ser candidatos idóneos a tener un hijo por adopción.

Ante ello, poco o nada se ha hecho para dar una solución eficaz ante esta problemática, en la que el único objetivo es dar un hogar a un pequeño, que necesita ser amado; sobre todo en los primeros años de vida.

La naturaleza en general desde el año 2008 en el Ecuador, ha sido acreedora a ciertos derechos que pueden y han sido exigidos, con obligatoriedad de cumplimiento, para que no se le destruya, menoscabe o anule su protección, cuidado y mantenimiento. Actualmente quitarle la vida a un animal, que habita en la fauna urbana, es penado por la ley; en el peor de los casos, se puede ser merecedor a una condena de hasta tres años de prisión.

Las leyes proaborto avanzan a pasos agigantados, cada día los movimientos sociales feministas y proaborto, se manifiestan dejando claro el punto de que la vida de la mujer se la respeta; pero la del feto de ninguna manera. Está claro que existen situaciones aberrantes, en las que la vida del feto, ha sido concebida en circunstancias asquerosas; pero en otras situaciones puntuales, son por mero capricho.

Pensando un poco ¿la vida humana vale menos que la de un animal? Quiero pensar que no, sin embargo, ¿por qué no mejor se promueve la adopción, en los casos en los que la madre ha decidido abortar, dando oportunidad a los candidatos a padres, en cubrir todos los gastos médicos y hospitalarios de la madre; para evitar que una vida, que se dice no sirve de nada, tenga algo de valor para aquellos que si quieren un hijo, que por razones de la naturaleza, no pueden tener uno?.

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