No tienen remedio

Wellington Toapanta

 Lamentable. Una organización, que se dice ‘política’, brega por votos, pese a las traumáticas secuelas dejadas en su paso por el poder, caracterizado por zigzaguear, ‘revolucionariamente’, el ordenamiento legal que estableció para su beneficio y favorecer la inseguridad.

Pro, en los últimos cinco años ha sido impetuosa para eludir responsabilidades administrativas, civiles y penales, como sentencias por transgresiones derivadas de su ejercicio gubernamental entre 2007 y 2017.

No ha cesado, parece adicionar la orquestación de la ‘resolución’ del juez multicompetente Jhon Rodríguez Mindiola, quien restableció derechos políticos a Jorge Glas, perdidos en la sentencia del caso “Sobornos”, junto Rafael Vicente Correa Delgado, ahora prófugo.

El juez está bajo lupa fiscal. ¿Las indagaciones alcanzarán al peticionario de la medida cautelar como a los eventuales inductores, autores intelectuales, del identificado fallo contraventor de la Constitución y la ley?

No se duda que el incidente procesal albergaría objetivos jurídicos-políticos futuros para intentar desvanecer sentencias y procesos contra los ‘arquitectos revolucionarios’, para lo que habrían aterrizado, en el Ecuador, la teoría del ‘lawfare’ o presunta desacreditación y persecución política contra ellos, pese a las evidencias penales. En el proceso de la controvertida resolución arguyeron que Glas era ‘víctima’ de ‘total desprestigio’ para ‘impedirle’ optar por dignidades de elección popular.

Late en el imaginario ciudadano que Rodríguez Mindiola se prestó para la trama procesal, por sus antecedentes. ¿El recurrente, Rodolfo Miranda, es experto en ‘lawfare’ u ocasional prestanombre?

Casi es usual que no pocos fallos judiciales ‘multicompetentes’ se basan en no disimuladas matrices, pero sería el primer caso de ‘lawfare’. Se ensaya. ¿Rodríguez Mindiola es erudito del Derecho o, ¿con la petición de la medida cautelar ingresó la resolución de 16 páginas, que emitió horas después? ¿Otro Chucky Seven?

La hipótesis es que hubo planificación ‘revolucionaria’ para escenificar el montaje jurídico-político-electoral-publicitario en Portoviejo. Glas fue fugaz precandidato presidencial, fiel a la trama del guion. Exultantes, los seleccionados actores completaron el libreto. El prófugo proscrito de derechos políticos, hizo política, sin control. ¿Estas son sus credenciales electorales, o no tienen remedio?