Hipocresía en política

César Ulloa

Antes eran odiadores de La Posta, ahora son fanáticos. Ayer llenaban de insultos a sus conductores, ahora les atiborran con halagos. Este es el Ecuador de hoy: el reino de la doble moral y la flexibilidad del estándar. De estos casos hay cientos y más en momentos críticos de la política ecuatoriana. Esto se produce porque los cimientos de la democracia no terminaron de consolidarse, pues cada cual asume una actitud distinta a favor y en contra de las instituciones, los medios y los partidos, sobre todo si hay alguna relación e interés personal, familiar o amistad. Definitivamente, así no funciona la democracia. Y de la misma manera se piensa de la justicia.

Los perros se olvidaron que fueron cachorros y nadie alza la mano cuando se pregunta quién lanzó la primera piedra. Ahora, todos son impolutos y castos, y se olvidan de que la democracia y el respeto por el juego democrático nunca hubo. En la Asamblea hay casi una esfera celestial, así como en las otras funciones del Estado. Estamos empapelados de trinos de cualquier cosa. El contexto del nada vale es evidente y esto es muy peligroso, porque si —efectivamente— nada vale, cada quien hará lo que cree en el marco de sus propios intereses.

Palabras más, palabras menos, vivimos una guerra de todos contra todos y del sálvese quien pueda. Cada paso es darwinismo social y las minas explosivas están por donde se vaya. Todos quieren paracaídas o caer como gatos, pese a sus pecados. En este ambiente, entonces, ¿cómo pedimos que la gente decente y la juventud se involucren en política? La evidencia demuestra que los politiqueros han hecho del Estado un negocio y sus cargos son escaleras efímeras de ascenso arribista.

El primer acuerdo social que nos merecemos es adecentar la política. No puede el Ecuador estar en vilo por la irresponsabilidad y el cálculo de unos cuantos y que además llegan a sus cargos con dudosa legitimidad. En ese sentido, el pacto social debe apostar por la recuperación de la ética como herramienta de convivencia auténtica, pacífica y sanadora, caso contrario, seguiremos en las tinieblas a cuenta de cualquier trino en las redes sociales.