El 9 de noviembre es nuestro aniversario

Lorena Ballesteros

El 9 de noviembre de 2019 di uno de los pasos más acertados de mi vida adulta. Le dije sí al matrimonio, le dije sí a compartir mi vida con el hombre que amo. Le dije sí a la responsabilidad de construir y reconstruirnos juntos. Le abrí las puertas de mi corazón y las del corazón de mi hija a una de las personas más bondadosas que he conocido jamás. Hace tres años me di una nueva oportunidad.

Así, aprovechando que la fecha coincide con la publicación de esta columna, quiero dedicarle estas líneas al matrimonio.

Quienes me conocen saben que soy todo, menos convencional. Algunas de mis amigas hasta pensaron que nunca me casaría, que, si no lo había hecho con el padre de mi hija, no lo haría con nadie.

Pero, quizá fue que no escucharon cuando dije ¡una y mil veces! que para mí el matrimonio es una institución que venero y respeto. Pienso que cuando tomas una decisión tan importante, debes hacerlo con profunda convicción, amor, seguridad; y sobre todo, comprometiéndote a largo plazo.

Precisamente eso es lo que temo. Que las relaciones sean cada vez más efímeras. Que los plazos sean más cortos. Que la decepción esté a la vuelta de la esquina. Porque decepcionarse es fácil, pero darse por vencido, no debería serlo. No me malentiendan; no estoy a favor del sufrimiento en pareja, ni condeno a las personas que toman la decisión de divorciarse. Yo misma “fracasé en el intento” de darle un hogar estructurado a mi hija y con valentía reconocí que la felicidad personal es esencial para una maternidad exitosa. Simplemente deseo que las nuevas generaciones aprendan de los tropiezos de sus antecesores y den el paso con seguridad, amor y convicción. Y si no lo sienten, que no lo den. La foto con vestido de novia no es indispensable para ningún currículo.

Afortunadamente, ya en esta época, el matrimonio no es el fin, ni el objetivo. El matrimonio es una posibilidad, una decisión, un medio para alcanzar el fin. Un fin que debe ser la felicidad de la pareja. El matrimonio es una suma constante de uno más uno, aunque muchas veces solo se desee dividir. Es la oportunidad de multiplicar amor y experiencias, pero nunca debe restar ni disminuir al otro.

Así, hoy alzo mi copa por todos esos matrimonios felices. Por los que festejan aniversarios con amor. Por los que tienen fe en su relación. Por los que han encontrado en su pareja un compañero o compañera de batalla. Por los que juegan para el mismo equipo. Por todos ustedes, salud.