Este fin de semana me sumergí en un documental de Suiza, sus paisajes hablan de su gente, pero atrás de esto una normativa estricta de respeto entre todos y la naturaleza. Dos tercios del país son montañas, tiene el lago más limpio del mundo, pueblitos mágicos destino de ecoturismo, una cadena productiva de leche insignia donde sus vacas reciben masajes y literal son tratadas con cariño. Muchas cosas increíbles se muestran y viven en ese país, pero se puede destacar una trilogía: paisajes, tranquilidad y alto costo. Para quienes conocen estos rincones del mundo qué dicha de experiencia, así como para nosotros es conocer y vivir en nuestra tierra.
El camino para valorar nuestro entorno como lo hace Suiza, parte de crear arraigo, valor y normas, qué difícil todo lo que nos cuesta, una más que otra, quizás las normas sean las más difíciles, pero somos un territorio relativamente joven y aún se puede hablar de un comienzo basado en generaciones que nacimos y crecimos en esta tierra y tenemos la fuerza desde la esperanza para crear un cambio.
Sigo pensando en las tantas diferencias, y cómo desde nuestra provincia aún podemos valorar nuestros recursos naturales, y creo que estamos en el camino, tenemos ecosistemas y biodiversidad únicos y desde esa contemplación de nuestros bosques, montañas y ríos el Sistema Provincial de Áreas de Conservación creado desde la Prefectura, sienta ese precedente con toda la potencia de la lucha ambiental y climática para que en un corto tiempo se pueda contar una nueva historia de desarrollo en Santo Domingo. Son 8 áreas declaradas en conservación y van a más, ahora tenemos todos que conocerlas y admirarnos de lo que no sabíamos que existía tan cerca, tan nuestro.