La nueva mayoría dejó de ocultar su juego

Marcela Holguín (UNES) y Esteban Torres (PSC), cabezas visibles de la nueva mayoría.
Marcela Holguín (UNES) y Esteban Torres (PSC), cabezas visibles de la nueva mayoría.

Con 81 votos, la nueva mayoría legislativa se convierte en una aplanadora. Por el momento, la jugada estaría dirigida en nombrar nuevo Presidente de la Asamblea y Consejo de Participación. Correísmo y PSC son los pilares.

La primera evidencia de la existencia de una nueva mayoría en la Asamblea Nacional fue el voto conjunto de UNES, PSC, el ala rebelde de Pachakutik, algunos independientes y otros de la Izquierda Democrática que votaron al unísono por la comisión evaluadora que decidirá si Guadalupe Llori debe ser destituida o no de la Presidencia de la Asamblea.

La segunda alerta se da en la conformación de dicha comisión, que tiene como presidente a Pedro Zapata (PSC) y de vicepresidenta a Pamela Aguirre (UNES). Incluso ya tienen un cronograma de trabajo para cumplir con los tiempos legales, que son 35 días, para el informe sobre la Presidenta de la Asamblea.

La nueva mayoría, donde se han unido los extremos ideológicos, cuenta con 81 votos. Aunque hay advertencias de sus líderes, como Esteban Torres, del PSC, de que pudieran llegar a más integrantes. El nuevo grupo avanza en su propósito.

Del otro lado, los que respaldan a Llori o son cercanos al Gobierno, hay alertas claras del propósito de la nueva mayoría. En Pachakutik y CREO aseguran saber de la estrategia que se desarrolla rápidamente frente a sus ojos.

Rafael Lucero, asambleísta de Pachakutik, dijo a LA HORA que esta nueva mayoría quiere tomar la Asamblea Nacional para imponer su agenda. “Han sido claras las actuaciones que se han venido dando por ciertos grupos, que hasta conformaron una comisión multipartidista, que no incluye a todas las bancadas”, señala.

Lucero asegura, incluso luego de su reunión con Rafael Correa en México, que el correísmo quiere conformar la comisión de la verdad. Y no es todo, también reestructurar el Pleno para dirigir las comisiones legislativas. El asambleísta de Pachakutik también cree que el PSC tiene los ojos puestos en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs), a través de la destitución de los actuales consejeros. Esto para nombrar personas afines que, a su vez, designen las autoridades que estarán al frente de los organismos de control.

Ana Belén Cordero (CREO) coincide con Lucero. Para ella existe interés de estos grupos para ‘descabezar’ al Cpccs y con eso “dar un zarpazo” y nombrar a un contralor afín a sus intereses. Para ella, la reunión entre Correa y Lucero en México evidenció la intención de la nueva mayoría.

Los líderes de la nueva mayoría han negado cualquier pacto entre ellos, pese a que evidentemente actúan juntos. Socialcristianos se distancian de una comisión de la verdad. Los correístas se burlan de un supuesto pacto que ya sería multilateral… con el Gobierno, con el PSC. Pero, dicen, que no hay nada.

Un raro coctel ideológico

Para Marcelo Espinel, subdirector del Observatorio Legislativo, esta nueva alianza solo gira en torno a la destitución de Guadalupe Llori, “pero que nos obliga a poner más ojo, como ciudadanía, a la Asamblea Nacional”.

Sin embargo, expone que la mezcla es extraña, están el agua y el aceite juntos. “Para mí es clarísimo que el modelo de desarrollo económico de UNES es completamente distinto al que plantea el PSC. Incluso, algunos asambleístas de la ID, al haberse alejado de la socialdemocracia, se pueden unir a cualquiera de estos dos bandos”, señala.

El analista político agrega que mientras exista esta disparidad ideológica, difícilmente se tratarán acuerdos a largo plazo. Y la califica, por ahora, como una mayoría móvil, coyuntural y débil.

Andrés Campaña, analista político por la Universidad Complutense de Madrid, hace una advertencia sobre lo que descuida la Asamblea por este reacomodo de fuerzas. “¿Qué está haciendo la Asamblea Nacional más allá de esta coyuntura de mayorías móviles?”, se pregunta. E insiste en que desde el Legislativo no se están dando las condiciones para trabajar por temas que preocupan más a la ciudadanía como seguridad o desempleo.

Pugnas internas siguen

El procurador jurídico Santiago Salazar es protagonista de otra de las peleas con la nueva mayoría. En su caso, es la jurídica. Él, al defender a Llori y la Presidencia, insistirá, dijo ayer, en las acciones penales en contra de algunos miembros del CAL que han persistido en la usurpación de funciones. “No quiso mencionar nombres de quienes habrían cometido un delito, pero que el proceso jurídico está en firme”, puntualizó.

Esto es porque, para Salazar, la acción de protección que interpuso Llori contra cinco miembros del CAL, por calificar la denuncia de incumplimiento de funciones en su contra, sigue en proceso. Ahora, únicamente esperan la decisión de la jueza que lleva el caso. Los miembros del Consejo tenían siete días para llegar a una conciliación. El miércoles 4 de mayo Llori llamó a la reunión de conciliación a las 10:00. Nadie fue. El 5 de mayo fue el grupo de oposición el que hizo la invitación y Llori tampoco asistió.

Lucero identifica en este comportamiento del CAL el inicio de la jugada de la nueva mayoría. Ellos tramitaron solo la denuncia contra Guadalupe Llori y no las otras dos, en contra de los siete miembros. “Ahí se evidencia que hay un interés particular de destituir a la Presidenta”, dice.
‘Asambleístas irresponsables’

Con más de 70 días sin que el Legislativo trabaje normalmente, Marcelo Espinel cree que es una irresponsabilidad con el país porque el “ciudadano a pie ni siquiera comprende al cien por ciento lo que sucede en la Asamblea, sino que está preocupado de los problemas del día a día en materia de una economía, inseguridad y derechos”.

Espinel insiste en que el Ejecutivo se ve limitado en enfrentar problemas más serios del país, más allá de la emisión de políticas públicas, porque no puede proponer leyes a una Asamblea “que no trabaja, lo que se convierte en un problema decisivo con la coyuntura del país”. (GVL)