Como mejorar la respuesta de la vacunación contra el Covid-19

INMUNIZACIÓN. La respuesta de la vacuna depende de varios factores.

Una vacuna es cualquier preparación cuya función es la de generar del organismo inmunidad frente a una determinada enfermedad, estimulándolo para que produzca anticuerpos que luego actuarán protegiéndolo frente a futuras infecciones, ya que el sistema inmune podrá reconocer el agente infeccioso y lo destruirá.

Este es un medicamento biológico constituido a partir de microorganismos (bacterias o virus), muertos o atenuados, o productos derivados de ellos.

Desde su descubrimiento, las vacunas han sido una de las medidas más eficaces de prevención de enfermedades, sobre todo de aquellas que antes eran epidémicas y que originaban una gran mortalidad ahora están erradicadas en todo el mundo (viruela), casi erradicadas (poliomielitis o sarampión) o controladas (hepatitis B, tétanos, difteria, meningitis meningocócica o tos ferina).

 

Actualidad

Las vacunas contra el coronavirus, disponibles a escala mundial, han demostrado ser eficaces para prevenir la enfermedad.

Sin embargo, la magnitud y calidad de la respuesta inmunitaria a las vacunas varía dependiendo de cada persona.

Según un artículo publicado en The Conversation, hay varios factores que pueden influir en la respuesta a una vacuna.

Entre ellos están la edad, el sexo, la información genética y la presencia de otras patologías de como diabetes y enfermedades cardiovasculares, ambas vinculadas a alteraciones del sistema inmunitario.

Además, la respuesta inmunitaria a las vacunas puede variar en función de hábitos cotidianos del día a día.

 

TOME NOTA
Ningún otro medicamento ha salvado tantas vidas como las vacunas, por 
lo que no vacunarse o negar la vacunación a los hijos no sólo debe 
considerarse como un acto irresponsable de cara a su propia salud, 
sino frente al conjunto de la sociedad, ya que puede suponer el retorno 
de enfermedades ya olvidadas en muchos países.

 

Cómo mejorar la respuesta

Es importante contar con buenos hábitos como dormir bien.

Es importante dormir un número de horas suficiente, así como controlar el nivel de estrés.

Una correcta higiene del sueño permite mantener adecuadamente los biorritmos que controlan la producción de hormonas que regulan la función del sistema inmune, como la melatonina.

Esta hormona se produce durante la noche y su administración se ha relacionado con la supervivencia de linfocitos y una mayor producción de anticuerpos. (APQ)

 

Estrés

El estrés promueve la liberación de hormonas supresoras de la función inmunitaria, como el cortisol, y se asocian con una menor respuesta a la vacunación.

Es importante hacer actividades que nos proporcionan satisfacción, como la práctica de deporte o las relaciones sociales, favorecen la liberación de hormonas estimuladoras del sistema inmune, como las endorfinas.

 

Alimentación

También para mejorar la eficacia de una vacuna es comer saludable.

Los estudios sugieren que la deficiencia de nutrientes aislados parece tener poco impacto en la respuesta a las vacunas, mientras que una dieta equilibrada, con un aporte balanceado de energía, parece ser clave para reforzar el sistema inmune.

 

Evitar

Hay que evitar el consumo de tabaco que altera de forma directa la línea de defensa en la mucosa respiratoria, y se ha asociado con una menor producción de anticuerpos tras la recepción de vacunas.

Igualmente, el consumo excesivo de alcohol tiene un efecto inmunosupresor poco deseable cuando se recibe una vacuna.