Tres lecciones que deja la pandemia en la educación

Los sistemas educativos deben ser más resilientes, potenciar la formación del docente y reducir las brechas educativas.

La pandemia, sin lugar a dudas, nos ha sorprendido a todos. Las certezas que teníamos muy interiorizadas han caído abruptamente. Y nos hemos visto obligados a adaptarnos a la ‘nueva normalidad’ para poder sobrevivir.

Luego de estudios y análisis los organismos internacionales  concuerdan en que  los sistemas educativos son de los más afectados. Las pérdidas de aprendizaje del alumnado debido al confinamiento, entre otras situaciones generadas por el coronavirus, tendrán un impacto educativo y económico significativo en las personas y las sociedades en los próximos años.

Para afrontar este impacto, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), recomienda a los responsables de políticas educativas del mundo tener en cuenta tres lecciones clave para la educación.

 

Sistemas educativos resilientes

Actualmente, los sistemas educativos del mundo experimentan un período de innovación generalizada y forzosa, por lo que es el momento idóneo para construir una mayor flexibilidad y resiliencia en los principios organizativos fundamentales de la educación a través de:

  • Adoptar modelos pedagógicos relacionales, personalizados y flexibles. Potenciando metodologías que fomenten la cooperación, la socialización y la interacción entre profesores y estudiantes de forma presencial, en línea o híbrida.La OCDE recomienda también aprovechar la enseñanza-aprendizaje en todas sus formas: formal e informal, curricular y extracurricular, en instituciones, en el hogar, en la comunidad o en el trabajo.
  • Establecer desde las escuelas relaciones sólidas con las familias, los empleadores y la comunidad, e involucrar a estos actores en el proceso educativo. Para ligar los diferentes entornos en los que los estudiantes aprenden y fortalecer los enfoques de enseñanza-aprendizaje más personalizados.
  • Desarrollar la capacidad de la comunidad educativa para llevar a cabo la educación digital, tanto en la formación como en infraestructura.
  • Crear oportunidades para que el alumnado desarrolle habilidades para un aprendizaje autónomo. Garantizando que todos los estudiantes puedan participar y beneficiarse de la enseñanza-aprendizaje en todas sus formas.

 

EL DATO
Las pérdidas de aprendizaje del alumnado debido al confinamiento,
tendrán un impacto educativo y económico significativo 
en las sociedades en los próximos años.

 

Formar al profesorado en habilidades y conocimientos

Durante la crisis del Covid-19, el profesorado ha tenido que innovar para que la educación continúe.

Dado que es probable que los enfoques nuevos de enseñanza-aprendizaje que se están llevando a cabo durante la pandemia permanezcan en el futuro, los gobiernos deben priorizar la formación docente  y destinar más recursos y apoyo al profesorado.

La OCDE recomienda ofrecer a los docentes oportunidades formativas para mejorar sus habilidades y conocimientos, especialmente digitales y fortalecer su resiliencia ante contextos cambiantes. Y sugiere:

  • Promover que los docentes se conviertan en impulsores de su propia formación, promotor de su propio aprendizaje, desarrollando un sentido de liderazgo. Creando condiciones en las que comprendan sus propios objetivos de desarrollo, puedan seleccionar las oportunidades de aprendizaje relevantes de calidad; y tengan acceso a los recursos y mecanismos de apoyo necesarios. La OCDE resalta la importancia de evaluar la formación del profesorado.
  • Proporcionarles herramientas que respondan a sus necesidades y contextos específicos.Los responsables deben implementar enfoques más personalizados de formación docente. 
  • Fomentar la colaboración entre el profesorado. La evidencia internacional indica que las oportunidades de aprendizaje profesional diseñadas en torno a la colaboración con otros profesionales pueden ser efectivas para mejorar las habilidades docentes.

 

Garantizar que el alumnadoadquiera competencias

Esto implica implementar enfoques de enseñanza-aprendizaje personalizados, oportunos y eficaces para los alumnos. Para conseguir estos objetivos se debe:

  • Actuar de forma inmediata y comprometerse a largo plazo en los procesos de cambio. Si no se hace ahora, las desigualdades en educación pueden aumentar a medida que continúa la crisis sanitaria y tendrán importantes implicaciones sociales y financieras, a corto y largo plazo.
  • Adoptar intervenciones de enseñanza-aprendizaje integrales, personalizadas y flexibles. Implementar enfoques educativos que permitan adaptar la educación a las necesidades del alumnado. Fortalecer el bienestar de los estudiantes, desarrollar un clima de aprendizaje positivo dentro y fuera  de las aulas.

Repensar la evaluación del alumnado e incorporar nuevas formas de valorar su desempeño. Es fundamental garantizar que los estudiantes, la comunidad educativa y el sistema puedan monitorear el progreso del aprendizaje de manera oportuna y adaptar los procesos pedagógicos puntuales. Antes de introducir medidas correctivas.