Obesidad infantil, problema que se siente cada vez más en la provincia

Los expertos señalan que los malos hábitos alimenticios deben combatirse desde la niñez.
NUTRICIÓN. Los expertos señalan que los malos hábitos alimenticios deben combatirse desde la niñez.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en marzo de este año publicó un informe en el que se menciona que el sobrepeso la población infantil de Sudamérica (-5 años), en los último 20 años se incrementó en 1.2%, lo que implica que aumentó del 7% al 8.2%.

TOME NOTA 
Según la OMS dos de cada tres menores de 2 años están mal alimentados.

En Ecuador la cifra muestra que alrededor del 9.8% de este grupo etario padece de este problema.

Mientras que desde el Programa Mundial de Alimentos (PMA) se da a conocer que en el país seis de cada 10 personas menores de 18 años tienen sobrepeso.

La provincia no está exenta de este problema, por lo que en el mismo informe se menciona que el 5.5% de la población de Tungurahua, menor de edad, tiene sobrepeso.

DATO 
La atención con el nutriólogo o nutricionista debe hacerse por lo menos una vez al año.

Testimonios 

Antes de la pandemia Giovanny hacía natación, practicaba tres veces por semana, eso le ayudaba a mantenerse activo y con un buen estado de salud.

Su madre Viviana Fajardo, cuenta que como a todos la pandemia le cambió los hábitos a su hijo de 13 años y hasta el momento ha sido difícil volver a retomarlos.

“Antes tenía un trabajo estable y como somos solo los dos podía darme el lujo de tenerlo en natación y pagar 75 dólares mensuales, pero ahora soy comerciante y tuvimos que hacer algunas restricciones, por eso Giovanny ya no va a natación”, comenta la mujer.

Para el adolescente ha sido complicada la situación y ahora solo hace ejercicios en clases de educación física y los domingos cuando sale a jugar con sus primos.

La situación es similar para Sebastián, quien no sale a hacer deportes y como pasa con su abuelos, luego de clases, tiene un control eficiente en cuanto a lo que come y las veces que come en las tardes.

En la casa siempre hay algo que picar y el no poder salir a ningún lado hace que me den ganas de comer a cada rato”, comenta el niño de 10 años.

Cuidados 

Estos son dos de los casos que trata la nutricionista Mariela Solís quien comenta que la obesidad infantil es un problema grave de salud que debe ser tomado en cuenta por las autoridades y los adultos.

La especialista enfatiza que el sobrepeso abre la puerta a otros problemas de salud degenerativos a temprana edad, como son la diabetes 2, la hipertensión, hígado graso, dolor en las articulaciones, entre otros.

A eso hay que sumarle que la obesidad infantil también puede generar problemas de autoestima, que incluso pueden llegar a desencadenar en depresión.

“Actualmente toma cada vez más fuerza el movimiento de ‘Body Positive’ que nos enseña a aceptarnos y amarnos con nuestro cuerpo y eso es correcto, pero como adultos debemos enseñarle a nuestros pequeños a cuidarse no por apariencia, sino por salud”, comenta Solís.

Añade que ella trata a tres niños, uno de 7 y dos de 10 años, que tienen diabetes tipo 2, lo que es preocupante porque antes era muy raro ver este tipo de casos.

Sostiene que “aunque parezca una broma”, los niños con sobrepeso que llegan a su consulta están anémicos, lo que provoca problemas, sobre todo en el proceso de aprendizaje de los menores.

“Los padres y adultos tenemos que tomar en cuenta que los buenos hábitos alimenticios deben inculcarse en la niñez, esa es la mejor forma de que podamos hacerle frente a problemas crónicos degenerativos que cada vez los padecen más jóvenes y adultos jóvenes.

Mencionó que en este punto de establecer hábitos adecuados el buen ejemplo es primordial, pues los padres no pueden decirle a los niños que no tomen gaseosas y ellos hacerlo sin remordimiento alguno, lo mismo con los fritos, azúcares y todas las porciones y comidas no balanceadas.

“Además, los adultos somos los que suministramos los alimentos en la casa y es ahí donde empieza el control, solo es cuestión de que hagamos consciencia de la importancia de una buena alimentación”, afirmó Solís.

 

Complicaciones

  • Diabetes tipo 2. Esta enfermedad crónica afecta la forma en que el organismo de tu hijo usa el azúcar (glucosa). La obesidad y un estilo de vida sedentario aumentan el riesgo de padecer diabetes tipo 2.
  • Colesterol alto y presión arterial alta. Una dieta deficiente puede causar una o ambas afecciones en tu hijo. Estos factores pueden contribuir a la acumulación de placas en las arterias causando que las arterias se estrechen y endurezcan, lo que puede provocar un ataque cardíaco o a un ataque cardíaco más adelante en la vida.
  • Dolor articular. El peso extra causa un estrés adicional en las caderas y las rodillas. La obesidad infantil puede causar dolor y, a veces, lesiones en las caderas, las rodillas y la espalda.
  • Problemas respiratorios. El asma es más frecuente en niños con sobrepeso. Estos niños también son más propensos a desarrollar apnea obstructiva del sueño, un trastorno potencialmente grave en el que la respiración del niño se detiene y comienza repetidamente durante el sueño.
  • Enfermedad del hígado graso no alcohólico. Este trastorno, que generalmente no causa síntomas, hace que se acumulen depósitos grasos en el hígado. La enfermedad del hígado graso no alcohólico puede causar la formación de cicatrices y daño al hígado.

Prevención

  • Dar un buen ejemplo. Hacer de la alimentación saludable y la actividad física regular un asunto familiar. Todos se beneficiarán y nadie se sentirá señalado.
  • Tener a mano colaciones saludables. Las opciones incluyen palomitas de maíz sin mantequilla, frutas con yogurt bajo en grasa, zanahorias pequeñas con humus o cereales integrales con leche baja en grasa.
  • Ofrecer nuevos alimentos varias veces. No te desanimes si a tu hijo no le gusta enseguida un nuevo alimento. Por lo general, se necesitan múltiples exposiciones a un alimento para que tenga aceptación.
  • Elegir recompensas que no sean alimentos. Prometer dulces por el buen comportamiento es una mala idea.
  • Asegúrate de que tu hijo duerma lo suficiente. Algunos estudios indican que dormir muy poco puede aumentar el riesgo de obesidad. La privación de sueño puede causar desequilibrios hormonales que conducen a un aumento del apetito.