Niños son detectados con ansiedad y depresión en Ambato

Los menores presentan algunos síntomas físicos, emocionales o conductuales.
SITUACIÓN. Los menores presentan algunos síntomas físicos, emocionales o conductuales. (Foto para graficar)

Entre enero y junio de 2023, en Ambato se contabilizaron 1.187 casos de depresión y 736 de ansiedad, según información de la Coordinación Distrital del Ministerio de Salud Pública (MSP).

De estos cuadros, existen ingresos de niños que presentan sintomatología relacionada a estos trastornos y que fueron derivados desde los Departamentos de Consejería Estudiantil (DECE) de algunas unidades educativas del cantón.

Así lo dio a conocer David Garcés, psicólogo clínico y responsable Distrital de Salud Mental del MSP. “Hay signos de alarma que son detectados por los profesionales de las unidades educativas, con el seguimiento del caso, estos cuadros son derivados a los centros de salud para atenderlos”, mencionó.

Garcés explicó que el Ministerio de Salud tiene las puertas abiertas para toda institución donde se detecten estas patologías y poder atenderlas a tiempo.

EL DATO
Para sacar una cita con un psicólogo del sistema de salud pública puede comunicarse al 171.

 

Realidad

Daniela tiene 19 años, desde niña generó el hábito de morderse las uñas de las manos y lastimarse los labios. Con el tiempo, desarrolló dermatofagia, un trastorno psicológico por el cual la persona convierte en un hábito morderse la piel.

Este trastorno es consecuencia de cuadros severos de ansiedad, depresión y nerviosismo. “Mis papás se divorciaron cuando era niña, tenía pesadillas y fue cuando empecé a comerme las uñas”, dijo Daniela.

La joven aseguró que esto es algo con lo que hasta hoy tiene que luchar. “No puedo evitar llevarme las manos a la boca o sacarme los pellejitos de los labios, hasta que no vea que sangran no me quedo quieta”, contó.

Daniela mencionó que su abuela paterna le decía “malcriada” por morderse las uñas o lastimarse los labios. “Por mucho tiempo pensé que tenía razón y sí intenté dejarlo, pero no pude, hasta ahora que sé que todo es consecuencia del estado de ansiedad que tuve desde pequeña”, explicó.

TOME NOTA
Los diferentes Centros de Salud disponen de una atención inmediata y sin turnos cuando se trata de casos psicológicos urgentes.

 

Otro caso

Marco, tiene una niña de 11 años con sobrepeso y la carga emocional sobre la pequeña le han llevado a tener inconvenientes con su expareja.

“Mi exesposa le dice a nuestra hija que ella soñaba con ser modelo o reina de belleza, ahora le ha puesto esa carga a mi pequeñita. Siempre le critica el peso, lo que come, lo que se pone, le dice que así nunca va a llegar a ser candidata a nada, y me doy cuenta que esas cosas le están haciendo daño a mi hija”, dijo el ciudadano.

Para Marco, su pequeña se siente presionada y a veces no puede dormir o se orina en la cama, tampoco quiere jugar con sus compañeras, “dice que ellas sí pueden comer lo que sea y ella no”.

 

Detección

José Luis Pantoja, psicólogo clínico y orientador, mencionó que existen señales que permiten a los padres de familia o cercanos, detectar cuando un niño está atravesando momentos de ansiedad o depresión.

Estos signos fueron clasificados por el especialista en físicos, conductuales y emocionales.

“El mantenerse hiperactivos o presentar dolores de estómago, cabeza sin una aparente razón, privarse de alguna comida del día, tensión muscular, son parte de la sintomatología física que pueden presentar los menores”, comentó.

“En lo conductual, por lo general pasan preguntando cosas con el qué pasaría si, no se une a actividades de clase, adopta un comportamiento silente y callado, también están aquellos que buscan destacar a como dé lugar para encontrar aceptación en sus padres o entorno social”, agregó Pantoja.

Finalmente, los signos emocionales que, según el profesional, se visualizan “cuando estos niños lloran mucho, se muestran sensibles, se irritan con facilidad, tienen miedo de equivocarse por pequeños que sean los errores, viven pensando en el futuro y lo que va a pasar para ese entonces”, manifestó. (MAG)

Recomendación

José Luis Pantoja, psicólogo clínico y orientador, dijo que atender estas alarmas es importante. “No podemos asumir que se trata de malcriadez o algo similar, nuestros hijos podrían estar necesitando ayuda y tenemos que aprender a leer los comportamientos de los menores”, comentó.

“La depresión y la ansiedad en algún momento de la vida se tienen que experimentar, el problema está en cuando esto perdura en los días y modifica el comportamiento de los menores”, señaló.

Pantoja mencionó que no se deben descargar las frustraciones de los padres y ponerlas en los hombros de los niños, tampoco responsabilidades o culpas que nada tienen que ver con ellos, y mucho menos compararlos con sus hermanos o pares.

Debemos educar buenos padres para tener buenos hijos, menos ansiosos compulsivos, menos depresivos, que suelen ser del tipo de adultos que, en su edad madura, habrá desarrollado trastornos que representarán problemas más graves”, dijo el especialista.

 

Cuidado social

Para Antonio Muenala, sociólogo y docente universitario, hay hogares donde se vive en constante violencia de cualquier tipo y es algo que representa un alto riesgo de que un niño degenere su comportamiento y actitudes en ansiedad o depresión.

Muenala, fue insistente en recalcar que, “tampoco podemos poner tanta presión sobre ellos, antiguamente se creía que a como es el hijo debe ser el padre y esta no es una regla general, mientras un hijo se sienta bien como es, eso hay que respetar y solo en contados casos intervenir”, sostuvo.