Holguín: he vivido feliz cada momento dedicado al voluntariado

Rosario Holguín Miño se ha dedicado más de dos décadas al voluntariado en Ambato.
Devoción. Rosario Holguín Miño se ha dedicado más de dos décadas al voluntariado en Ambato.

Un mal diagnóstico de que podría tener cáncer de mama, fue lo que acercó a Rosario Holguín Miño al servicio de voluntariado para las personas de escasos recursos que padecen de esta enfermedad.

“No sé por qué le han asustado, usted no tiene nada”, fueron palabras liberadoras, pero el haber conocido de cerca lo que las personas con esta enfermedad viven a diario, motivó a Rosario a involucrarse de lleno en la ayuda solidaria para ellos.

“Yo salí del médico (en Quito) y le dije a mi esposo, Dios me está devolviendo la vida y yo tengo que hacer algo por los enfermos de cáncer”, recuerda Rosario.

Al regresar a Ambato, se contactó con Magdalena Rea de Garcés, que era presidenta del dispensario de Solca en esa época, para ser parte del voluntariado de la entidad, pero le comentaron que en la ciudad no se contaba con este servicio.

Esa noticia impulsó a que Magdalena y Rosario, en conjunto con el directorio de la institución y varias amigas a iniciar con esta labor, por lo que en abril de 1996 se estableció el primer Voluntariado de Solca Ambato.

TOME NOTA
Rosario Holguín Miño recibirá este 12 de noviembre la 
Distinción Juan Benigno Vela por la Independencia de Ambato.

 

 

La labor

Como Solca no contaba con un hospital, sino con un dispensario que posteriormente pasó a Ingahurco, el trabajo del voluntariado se hacía en las casas de las personas enfermas con cáncer.

Las damas del voluntariado llegaban con ayuda económica, médica y espiritual, por lo que Rosario recuerda que el Grupo de Oración Jericó fue esencial en esta tarea, pues con ellas tenían una palabra de aliento y esperanza para los enfermos y sus familias.

Una de las historias que más ‘golpeó’ a Rosario fue la de una madre con cáncer de útero que dormía en una cama con una estera, pues el colchón lo dejaba para sus cinco hijos.

Ver cómo vive la gente enferma, es algo que a una le parte el corazón. Teníamos que hacer algo para ayudar a quienes vivían en estas condiciones infrahumanas”, por ello comentó con una de sus amigas y compañeras de voluntariado y oración, Victoria Samaniego de Salazar, que sería bueno contar con una casa que acogiera a gente que vivía la misma realidad y así aliviar de alguna manera su dolor.

Su voz se llena de entusiasmo al acordarse de que sin ningún tipo de miramiento en ese momento la ‘Toya’, como le dice Rosario a su amiga, le dijo que ella compraba la casa para emprender el nuevo proyecto.

Pero no solo fue ella la que se abrió de manera desinteresada, pues Gonzalo Sevilla Naranjo al enterarse del plan que tenían en mente, donó 50 mil dólares para que la casa, ubicada en Izamba, pueda adecuarse para los enfermos.

Y como “las puertas del cielo no se cerraron”, una orden de monjas de Colombia, San José de Gerona, decidió apoyar este plan y por 14 años administraron la Fundación Casa de la Divina Misericordia, que actualmente está dirigida por la Diócesis de Ambato.

Como Fundación han creado actividades que se convirtieron en íconos de solidaridad en la ciudad, una de ellas es el Mercado de Pulgas, pero también está la competencia atlética.

“La empresa pública, privada, los medios de comunicación, los amigos y toda la población siempre ha apoyado nuestra labor y sé que lo seguirán haciendo porque Ambato tiene gente muy solidaria”, recalcó Rosario.

DATO
Más de 400 personas han sido cuidadas y atendidas
 en la Casa de la Divina Misericordia.

 

Quién es Rosario Holguín Miño

La primera de ocho hermanos, creció en un hogar católico al que le atribuye su gusto por tenderle la mano a quienes más lo necesitan.

Se casó con Hernán Darquea Sevilla, quien la ha sostenido en todo momento y la ha apoyado en todos sus proyectos.

Ellos tienen tres hijos, “tres nueras que son las hijas que Dios no me concedió” y ocho nietos que se han convertido en la luz de sus vidas.

Tras 26 años dedicados con pasión al voluntariado, en febrero de este 2022 dejó la presidencia de la Divina Misericordia, pues ahora que su esposo Hernán está pasando por momentos complicados, es tiempo que ella le dedique todo el tiempo que se merece el amor de su vida.

Distinción Juan Benigno Vela

Se otorga una medalla y una placa de reconocimiento grabada con la efigie de Don Juan Benigno Vela, el escudo del Cantón y el nombre de la persona natural o jurídica designada, que se haya distinguido indistintamente en labores: sociales, empresariales, artesanales y las ciencias en sus diferentes ámbitos.