Antes de que el sol aparezca e imponga todo su calor, el cielo de Calacalí luce como si estuviese cubierto con un finísimo, delicado y casi transparente manto blanco. Es una especie de ilusión óptica que forma la nubosidad sobre esta zona del noroccidente de Quito caracterizada por un clima cálido seco y sus montañas.
Dos de estas elevaciones, la del Casitagua y de Cóndor Cocha, dominan el sur este de esta parroquia rural. Desde la plaza Central, donde se ubica el monumento original a la Mitad del Mundo, se observan estas elevaciones como gigantes de piedra y tierra de color marrón oscuro.
La intersección de estas montañas forma una especie de gigante V, donde en cuyo pie se extiende un gigantesco potrero completamente plano, en el que funciona desde hace unos seis años un proyecto de educación ambiental.
Para llegar a este lugar se necesita un viaje de 10 minutos por el único camino de tierra en dirección al sur este de la parroquia. Se trata de una granja privada que cada semana recibe a estudiantes de escuelas de todo Ecuador atraídos por la posibilidad de combinar entretenimiento y talleres educativos en la naturaleza.
Al frente de esta iniciativa se encuentra Iván García Serrano, quien recibe a los menores y los lleva a que interactúen con patos, gansos, conejos, caballos, vacas, cerdos y demás animales campestres.
Con cada uno de estos contactos, siempre con la guía del instructor, los estudiantes pueden valorar cómo es la vida del campo e incluso a realizar algunas faenas agrícolas. (JCER)
El Dato
Este lugar está ubicado a 10 minutos de Quito y debe tomar la vía Calacalí.