Cantonización de Santo Domingo incluye varios procesos históricos  

   CAMBIOS. Así luce actualmente la avenida Quito.

La reforma agraria, la colonización, construcción de carretas y la migración originó el crecimiento demográfico que impulsó el cambio de parroquia a cantón.

Los académicos concuerdan con elementos que motivaron a trabajar por la autonomía política y administrativa de Santo Domingo.

El arquitecto Víctor Hugo Torres indicó que la reforma agraria y la colonización son puntales en la transformación de parroquia a cantón. En 1960, el Estado quería incorporar al campesinado marginado a la sociedad nacional y articular extensas zonas ‘vacías’ al territorio nacional.

-Nada nuevo-, mencionó el sociólogo Patricio Velarde. En la presidencia de García Moreno en 1861, Santo Domingo seguía formando parte de las “selvas nacionales de la Costa” y es así como aparecía en los primeros decretos que regulaban la concesión de tierras ‘baldías’ dedicadas a la explotación del caucho salvaje.

Añadió que, entre los años 1920 y 1940, se construyó una carretera entre Quito y Santo Domingo, inaugurada en 1942. La parcelación del territorio avanzó y se aceleró tras la Ley de Tierras Baldías y Colonización de 1936, que entraría en vigor hasta los años sesenta.

Torres explicó que la reforma agraria era un mecanismo contra la expansión del comunismo y la revolución cubana. En la misma década, se emprendieron reformas agrarias en muchos países de América Latina como de otras partes del mundo. La Carta de Punta del Este, que estableció la ‘Alianza para el Progreso’, liderada por los Estados Unidos, promovía una ‘reforma agraria integral’.

En Ecuador, el Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización (Ierac) distribuyó tierras, -dijo Torres- sobre todo en la Amazonía y Santo Domingo. Los beneficiados llegaban a tener de 60 a 80 hectáreas. Mínimo se necesitaba una familia numerosa y mucho dinero para convertirlas en productivas. “La mayoría de campesinos desistieron, abandonaron los espacios o simplemente se convertían en peones de las personas que sí podían invertir”, mencionó.

Gran eje vial

En el libro ‘En el cruce de caminos’ de Montserrat Ventura i Oller, explica que el verdadero desarrollo demográfico no tuvo lugar hasta los años sesenta, y en gran medida, por la construcción del sistema vial.

“Entre 1962 y 1965 se termina la red de carreteras que unen Santo Domingo con Quito, Esmeraldas, Portoviejo, Quevedo y Guayaquil”, menciona Montserrat.

Los colonos provenían de la Sierra y algunos extranjeros que se relacionaban con las obras de construcción de caminos, a quienes se les concesionaba lotes de 200 hectáreas.

El eje traspasa la ciudad hermanando los Andes con la Costa del Pacífico. Por lo cual, Torres califica a Santo Domingo como un centro administrativo que consolida varios servicios. “Los ciudadanos de Buena Fe, Quinindé, Puerto Quito, Tandapi o El Carmen acuden acá, porque encuentran respuestas a sus necesidades en cualquier ámbito”.

Para Velarde, la ubicación geográfica privilegiada, convierte a Santo Domingo en un polo de comercio muy activo. En el único puerto terrestre de intercambio entre Costa y Sierra. “Es el centro vial de la patria”.


TIEMPO. La emblemática avenida Chone, en 1960.

Productividad

La producción agrícola y ganadera es otro factor que determinó la cantonización.

Entre 1964 y 1969, el Estado pone en marcha el Plan BID de orientación, de canalización y de apoyo a la colonización espontánea, incorporando más de 150.000 hectáreas, con cerca de 5.000 nuevas familias que se dedican a una agricultura diversificada para el mercado nacional.

 En Santo Domingo la principal actividad económica es la agricultura. Se cultiva y se exporta café, palma africana, abacá, cacao, piña, tubérculos, maíz, caucho y flores tropicales. La ganadería gana espacio por la calidad de sus productos.

Crisol de nacionalidades

Durante los primeros veinte años del siglo XX se crearon muchas propiedades de colonos, indica Montserrat en su libro. La migración empezó a poblar Santo Domingo, desde Esmeraldas y de la región fronteriza de Colombia, que se refugiaban de los conflictos fronterizos y políticos. Por el lado, de Daule y Balzar, que abandonaban los sembríos de cacao por la presión de los patrones, y desplegaron su actividad comercial hacia Guayaquil. También desde los Andes, la migración más importante, huyendo de la explotación de los hacendados de Quito, Alóag y Machachi.

Por esta razón, Velarde se anima a hablar de una ‘raigambre’ de esmeraldeños, manabas y lojanos que han plantado sus costumbres y tradiciones. “Una ciudad comercial que acoge a los ecuatorianos y varios extranjeros, porque encuentran la posibilidad de emprender y producir”. (CM)

Identidad
Por la migración y la inexistente memoria histórica, Velarde admite una falta de identidad. “Todavía no construimos algo que nos identifique como santodomingueños, un sentido de pertenencia. Es imprescindible mirarnos desde afuera, no entre nosotros. Saber cómo nos ven en el exterior. Para eso necesitamos que las autoridades pongan énfasis en la educación y la cultura; y que las élites empresariales inviertan en esta ciudad, no solo exportando materia prima, sino creando productos”.
Población
Según el INEC, la población urbana empezó en 1.960, estimada en 5.000 personas, y en 1.986 superaba las 100. 000. El nuevo censo de 2001 arroja la cifra de 199. 827 para la población urbana y de 287. 018 incluyendo la población rural y la de las parroquias del cantón Santo Domingo.
El dato
En octubre de 2007 el cantón pasa a ser provincia con el nombre de Santo Domingo de los Tsáchilas.