El paro de 18 días profundizó los problemas. Las pérdidas directas en ventas suman $100 millones; pero las indirectas son incalculables en contratos y clientes. Sin embargo, este sector no participa de las mesas técnicas, donde se puede restringir el comercio exterior y establecer controles de precios.
A pesar de las difíciles circunstancias, el sector exportador ecuatoriano fue uno de los puntales de la economía durante 2020 y 2021. Sin embargo, el paro de 18 días provocó múltiples daños a un sector golpeado ya por la inflación, el encarecimiento mundial del transporte y los fletes, la devaluación de las monedas diferentes al dólar, entre otros.
Solo el impacto directo apunta a por lo menos $100 millones de ventas perdidas; pero los daños indirectos por contratos incumplidos o cancelados y clientes perdidos son mucho mayor.
En actividades como la florícola, la recuperación de las conexiones y negocios pueden tomar incluso años. Además, se descartan de plano todas las inversiones proyectadas antes de la paralización.
El efecto más claro, tanto en caída de la actividad económica como en empleo, se comenzará a notar desde octubre de 2022. Sin embargo, estas afectaciones, y las que se podrían provocar durante las mesas técnicas entre el Gobierno y el movimiento indígena, han evitado que el sector exportador esté completamente excluido del llamado proceso de diálogo.
Al respecto, Felipe Ribadeneira, presidente de la Federación de Exportadores del Ecuador (Fedexpor), puntualizó que esta situación no puede seguir así, y todavía hay tiempo para enmendarla. Según el representante gremial, en varias ocasiones se ha pedido directamente a los ministros del Gobierno de Guillermo Lasso que amplíen la participación porque muchas de las decisiones que se pueden tomar marcarían el futuro de la producción y comercio exterior del país.
«Las decisiones buenas o malas que se tomen nos van a afectar. Quien sostiene el empleo en la mayor cantidad de áreas rurales en el país es justamente el sector agroexportador. Es muy importante que se nos incluya. Tenemos muchísimo por aportar y muchos temas por discutir. Se debe tener mucho cuidado que por intentar solucionar cuestiones coyunturales se establezcan mecanismos y estructuras que de alguna manera impidan la posibilidad de que Ecuador adquiera o negocie acuerdos comerciales. Estos son extremadamente necesarios para inyectar competitividad y serán la principal fuente de más dólares, inversión y empleo», dijo.
En concreto, a los exportadores les preocupa que se determinen medidas populistas para contentar a un grupo del país, que por más respetable que sea, no representan a todos los ecuatorianos. Entre esas medidas podrían estar restricciones directas y específicas sobre la firma de acuerdos comerciales, e incluso mecanismos poco flexibles y alejados de la realidad en temas como controles de precios.
Durante una entrevista con Diario La Hora, el ministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, Julio José Prado, comentó que está consciente de los pedidos de los sectores productivos con relación a las mesas de diálogo, pero recalcó que es imposible ampliar esos espacios a más participantes porque se dificultaría el procesos y la posibilidad de llegar a acuerdos.
Asimismo, Prado aseguró que ha tenido reuniones continuas con los gremios y actores productivos por lo que está en capacidad de llevar sus inquietudes a las mesas técnicas. En otras palabras, el ministro puntualizó que su voz de cierta manera es la voz de los sectores productivos y no hace falta que estén presentes.
Esto no tranquiliza a los exportadores porque el Gobierno ya ha demostrado que por obtener una paz circunstancial no ha dudado incluso en conceder medidas que en su momento eran líneas rojas. (JS)