Ese nivel de crecimiento no alcanza ni para dar oportunidades a los 120.000 jóvenes que ingresan al mercado laboral cada año.
De 2012 a 2020, es decir, durante los últimos 8 años, el número total de empresas formales que producen y operan en Ecuador pasó de 790.409 a 846.265. En otras palabras, el tejido empresarial creció menos de 1% al año.
Ese crecimiento no alcanza para cubrir las plazas de trabajo para al menos el 10% de los 120.000 jóvenes que ingresan al mercado laboral anualmente.
En este sentido, el principal problema estructural de la economía ecuatoriana se basa en el hecho de que, sin más creación de empresas, no habrá posibilidad alguna de generación de más empleos.
Verónica Peralta, economista y emprendedora, comentó que el país tiene una arraigada cultura anti empresarial y una estructura burocrática y legal que le suma trabas y tramitología innecesarias en todos los niveles relacionados con hacer negocios: inicio, consolidación y crecimiento, y cierre.
“La figura del emprendedor no es valorada socialmente y ser empresario es casi mala palabra en amplios sectores políticos y sociales. Además, tenemos toda una estructura estatal, tanto nacional como local, que justifica su existencia en requisitos y trámites que no generan valor sino solo problemas”, dijo.
Así, desde la creación del negocio, los costos y el tiempo son mayores que la media regional. A su vez, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), menos del 40% de las micro y pequeñas empresas acceden a crédito formal.
Y para rematar la situación, si se fracasa (situación que ocurre en más del 70% de los emprendimientos), el proceso de cierre o quiebra de un negocio puede demorar, en promedio, hasta 7 años con una gran pérdida de tiempo y patrimonio.
“El actual Gobierno tiene el gran desafío de reducir de una vez por todas las tramitologías y también crear una normativa facilitadora para quiebras. Actualmente, en la mayoría de los casos mantenerse informal o semi informal es mucho mejor negocio”, acotó Peralta.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), más del 60% de los emprendedores no se formalizan porque, en países como el Ecuador, el paso a la legalidad representa un aumento de entre 35% y 50% sus costos de operación.
Nueve de cada diez son microempresas
Según el último Directorio de Empresas y Establecimientos, publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), casi el 92% de los negocios en el país están calificados como microempresas.
Esas microempresas generan 747.660 puestos de trabajo en todo el país. Eso representa un poco más del 30% del llamado empleo adecuado (sueldos de $400 o más).
Sin embargo, estos negocios mueven alrededor de $1.500 millones, es decir, el 1% de las ventas que genera la economía ecuatoriana en un año.
Para una microempresa, escalar niveles y llegar a ser mediana o grande puede tomar hasta 20 años. Eso es más del doble de la media regional; y, además, solo ocurre en menos del 2% de los casos.
Esta situación, de acuerdo con Rubén Balseca, pequeño empresario, es una de las razones del bajo desarrollo del mercado laboral y empresarial en el país.
Más del 72% de las ventas anuales se mueven gracias a 3.932 empresas grandes, las cuales generan más del 45% del empleo adecuado (1’125.600 puestos). (JS)