¡Que viva el santo!

Perdón, no me refiero al día de su santo por el nombre que le bautizaron como parte de su identidad, y por supuesto si usted consta en el calendario, ya que la gama de nombres es infinita como la imaginación, motivación, cultura, lugar o creencia de los progenitores; desde luego que hay nombres muy castellanos, otros que se escriben pero no suenan lo mismo y otros que se prestan para que nos amarguen la vida entera nuestros amigos.

Hace unos días llegó a mis manos el Calendario Ambiental, me pareció tan interesante y curioso a la vez porque celebrar durante los 12 meses, onomásticos dedicados a la flora, fauna, aire, tierra, agua, madera, luz, movimientos ecologistas y todo lo que integralmente constituye el universo, es ya una tarea que nos involucra, por ejemplo en noviembre se celebraron días mundiales, latinoamericanos e internacionales de: la ecología, la vida animal, del movimiento ambientalista, contra el uso indiscriminado de plaguicidas y agroquímicos, de la diversidad biológica. Y diciembre tiene dos celebraciones: de los derechos humanos y de las montañas, ¿sabía usted?.

Hace 37 años empezó la tarea de crear y fortalecer una conciencia conservacionista de la biodiversidad para proteger la vida de nuestra madre tierra –Pacha Mama-, asumida por los países en vías de desarrollo, no así países desarrollados como: Estados Unidos, Australia, Alemania, China, Rusia, entre otros, generadores de polución que tiene al planeta a punto de atravesar los umbrales de sostenibilidad y grave riesgo de exterminio.

Como dice la Carta de la Tierra “La Tierra es nuestro hogar y el hogar de todos los seres vivos. Somos parte de un universo en evolución. La Carta es una declaración de principios fundamentales destinados a formar una sociedad justa, respetuosa y consciente de la interdependencia y responsabilidad frente a las demás especies que habitan nuestro planeta”.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), advirtió que para el año 2025 mil ochocientos millones de personas vivirían una drástica falta de agua y dos tercios de la población enfrentará escasez. El consumo de agua ha crecido en el último siglo a un ritmo más de dos veces superior a la de la población mundial, entonces la gestión sostenible, eficaz y equitativa de los recursos hídricos, es cada vez más escasos.

En esta perspectiva, podemos desarrollar talentos locales, si de verdad nos preocupa el medio ambiente, existen autoridades y personas de la sociedad civil a quienes no les importa arrojar y ver arrojar deshechos en el suelo, contaminar las aguas de los ríos, esteros y mares, encender luces que nadie las utiliza, contaminar el aire con gases tóxicos, desperdiciar el agua, hechos que parece tienen poca importancia, pero que sus efectos acumulados contribuyen al agotamiento de la vida en el lugar que vivimos.

Celebremos con gusto cada día el aporte personal para disfrutar de un planeta con salud.