Cartas al Director…

¿Y después de Bélgica, qué…?

A medida que se van descubriendo más y más delitos, principalmente los de lesa humanidad, atraco a los fondos públicos y la injerencia en la justicia, durante la década perdida, se van identificando a los involucrados y/o sospechosos, a la cabeza de ellos “el genio del mal”, quien, hasta que se dicten las correspondientes sentencias, se sentirá intocable en su autoexilio.

Por ser Bélgica, un país civilizado y con una real justicia que rige para una sociedad moderna y respetuosa de los derechos humanos, se tornaría difícil -por no decir imposible- que brinde protección a un exmandatario que ha cometido graves delitos contra toda una nación cuya población exige y espera fervientemente su juzgamiento y el de sus cómplices.

Vale recordar que el avión presidencial, en tiempos del correato, se desplazaba por muchos países del planeta (información que debería constar en la memoria de la bitácora de vuelo) para cumplir misiones cuyo objetivo sólo el dictador conocía; transportaba personas y ¿carga? Qatar, uno de los destinos frecuentados en el periplo verdeflex, es conocido por ser un lugar seguro para inversiones, con inmensas bóvedas en sus bancos, hoteles y residencias de lujo para flamantes millonarios. Sería importante conocer, cuán rigurosa es su legislación respecto al lavado de capitales.

La evaluación y el cambio que está llevando a cabo el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social – transitorio, de las autoridades designadas por el Ejecutivo del Gobierno anterior, propicia la coyuntura adecuada para lograr una justicia independiente, el juzgamiento de los corruptos y el retorno de los dineros mal habidos que pertenecen al Tesoro Nacional ecuatoriano, que estarían dentro y fuera del país. (O)

Leonardo Cueva Piedra

C. 1100076106