Al presidente de Chile se le complica gobernar

RECHAZO. El presidente de Chile confirmó el inicio de juicios contra camioneros que esta semana bloquearon vías para exigir seguridad por la violencia mapuche.
RECHAZO. El presidente de Chile confirmó el inicio de juicios contra camioneros que esta semana bloquearon vías para exigir seguridad por la violencia mapuche.

El nivel de aprobación de Gabriel Boric ha bajado drásticamente en menos de dos meses de mandato. Los conflictos del país persisten y otros aparecen.

Redacción SANTIAGO

La popularidad del nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric, ha bajado rápidamente desde que llegó al poder el 11 de marzo de 2022.

Según una encuesta divulgada esta semana, la aceptación del Jefe de Estado ha caído desde el 50% que tenía cuando asumió hasta el 36% actual.

Quizás la causa principal sea un exceso de expectativas por parte de los votantes; como si el exlíder estudiantil pudiera resolver los problemas del país de un plumazo.

Problemas acentuados

De entrada, Boric heredó cinco problemas. Uno es la crisis económica, que generó las protestas de octubre de 2019 y se acentuó por la pandemia. El retroceso de la enfermedad, el plan de vacunación implementado por el gobierno de Sebastián Piñera y el rebote económico propio tras una crisis han dado un respiro al régimen.

Otro tema es la elaboración de una nueva Constitución, proceso derivado de las protestas. Una encuesta de inicios de abril mostró el aumento del rechazo ciudadano a la asamblea constituyente hasta el 40%. La cadena BBC apuntaba, entonces, que el largo proceso de elaboración pudo desencantar a los chilenos, que lo apoyaban en un 80% al inicio.

El Gobierno de Gabriel Boric enfrenta también las consecuencias de una sequía de 12 años. El tema es en sí mismo difícil y no está exento de imprevistos. Como las fuertes lluvias caídas el 26 de abril, que dejaron a 30 mil habitantes de la capital sin electricidad y solucionaron poco.

A lo anterior se suma la crisis migratoria en el norte del país, generada por la incesante llegada de extranjeros, especialmente venezolanos, y que causa rechazo en la población al asociar el fenómeno con el aumento del desempleo y la delincuencia. El problema es de tal magnitud que a pesar del discurso inclusivo de Boric en campaña, mantiene el control militar de la zona.

Y luego está el tema de la violencia en el sur de grupos radicales mapuche, que exigen la restitución de tierras a los aborígenes. Hasta ahora, los intentos de diálogo del nuevo Gobierno han fracasado, lo que originó el inicio de procesos legales; primero en contra de los violentos y ahora en contra de los camioneros que han bloqueado vías para exigir seguridad. (DLH)