En el sector donde se destruyó la carretera, los ciudadanos instalaron tarabitas para pasar cosas, mientras ellos cruzan a pie por la tierra desprendida de la montaña.
Redacción IMBABURA
Desde la última semana de diciembre de 2021 se registraron fuertes lluvias que pusieron en emergencia a las vías de Imbabura. Uno de los sectores más afectados fue El Guadual, en el kilómetro 114 de la vía estatal E-10, que une al norte de la Sierra con la Costa ecuatoriana.
En este sitio, gran parte de una montaña se vino abajo, destruyendo alrededor de 170 metros de la carretera entre Ibarra (Imbabura) y San Lorenzo (Esmeraldas), dejando prácticamente incomunicadas a zonas pobladas como Lita, La Carolina, Altotambo, entre otras.
Desde este 5 de enero de 2022, según el Gobierno Parroquial de Lita, tras haber mantenido una reunión con representantes del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, no se permitirá el paso de ningún tipo por la zona afectada, ya que comenzará la intervención con maquinaria pesada.
A decir del prefecto de Imbabura, Pablo Jurado, el tiempo estimado de reparación de la vía podría tomar más de seis meses. “No es que se nos fue un pedazo de la vía, se fue toda la mesa de la vía, dejando una profundidad de 130 metros, más los 100 metros de la loma para arriba. Es decir, ahí tiene que haber un rediseño de alta ingeniería, que demanda altos costos económicos y no se hace de la noche a la mañana”.
Poleas y tarabitas
Ante la situación, aparte de los caminos alternos que se han habilitado, los ciudadanos instalaron sistemas de poleas con tarabitas para pasar de un lado a otro en la zona afectada, en el kilómetro 114, sector El Guadual.
Personas, motos, bicicletas, bultos y todo tipo de cosas cruzan por esta peligrosa alternativa, mientras otros ciudadanos se arriesgan a cruzar a pie sobre los más de 3.000 metros cúbicos de tierra derrumbada, para hacer una suerte de escala y avanzar hasta su destino.
Vías alternas
Sin embargo, hasta el 6 de enero de 2022 existen dos opciones seguras y habilitadas oficialmente por los organismos gubernamentales, para que los vehículos circulen con normalidad, aunque una es de tercer orden.
La primera opción es la vía San Gerónimo – Buenos Aires – Cahuasquí – Ibarra, donde por el momento es necesario un carro 4×4. Y la segunda opción es el camino que une a Guallupe – Chical – Tufiño – Tulcán (Carchi), para todo tipo de vehículos, pero con una distancia y tiempo de recorrido de casi tres veces más que el normal.
Napoleón Dilon Leyton, director de Infraestructura Física de la Prefectura de Imbabura, explicó que la maquinaria trabaja de manera continua en la vía San Gerónimo – Buenos Aires – Cahuasquí – Ibarra, como el paso alterno de la carretera Ibarra – Lita, donde el equipo pesado se encarga del mejoramiento de la capa de rodadura, a fin de que en pocos días se pueda dar cabida a la circulación de todo tipo de vehículo.
“En esta tarea participan además otros equipos que son parte de los gobiernos parroquiales de La Carolina, Buenos Aires y de los municipios de Urcuquí e Ibarra. Es una tarea ardua y difícil, sin embargo, hemos logrado que sea una buena opción para mantener la movilización en estos días”, afirmó.
Agregó que se mantiene una constante comunicación con el MTOP, con el objetivo de poner a la orden cartas topográficas del sitio afectado por los derrumbes e información de curvas de nivel, obtenidas mediante un equipo de drones.
“Esto servirá para el diseño preliminar del trazado de una vía alterna. En definitiva, la presencia institucional es importante, pues está a la orden con todos sus recursos humanos y operativos en procura de ser ayuda efectiva ante la preocupación de la gente que habita en las comunidades aledañas, al no contar con una vía por donde movilizarse”, expuso.
6 parroquias de Imbabura y Esmeraldas son las afectadas por el desprendimiento total de la mesa en el kilómetro 114 de la vía estatal E-10.