El balneario de Las Palmas es uno de los atractivos más amplios para el desarrollo de los juegos playeros, tales como fútbol, tenis fútbol y vóley. Desde las últimas semanas con la apertura de las playas, muchos jóvenes asisten a ella con la finalidad de desestresarse a base del deporte.
Víctor Montaño, llegó con sus amigos, plantaron unas ramas como arcos, señalaron las líneas de la cancha sobre la arena y comenzaron a rodar el balón en encuentros consecutivos de 45 minutos y otros de marcaciones a dos tantos.
“Aquí nos divertimos muchos, cuando terminamos nos vamos a bañar y después nos comemos unos emborrajados o corviches”, explica y vuelve al juego.
La mañana de ayer, fue propicia para estos encuentros asumió Gabriel Samaniego, porque el sol no fue inclemente y la brisa del mar refrescaba el sudor de su cuerpo. Refiere que este no fue el único sábado que asiste a Las Palmas, lo hace por recreación y salud y convivencia con sus amigos.
Precisión
Otro de los juegos imponentes de la playa es el tenis fútbol, una disciplina en la que los jugadores no deben tocar el balón con las manos y hacer uso de cualquier otra parte de su cuerpo para enviar el balón hacia el otro extremo separado por una red.
Aquí no solo existe la juventud, también aplican adultos con experiencia, con dotes del manejo del balón y de la astucia para cabecear siempre y cuando el compañero precise un buen pase. “Este juego es de precisión, de habilidad, de conocer el balón, conectar un punto a veces es muy fácil y en ocasiones ambos equipos no dejan caer el balón por varios minutos”, confiesa José Quiñónez.
A un lado tiene a sus amigos, al otro a sus rivales, tal vez no todos se conozcan, pero saben que una vez saltan a la cancha todo es camaradería. “Aquí las risas no faltan, porque a veces se nos escapa el balón, hacemos un mal pase, nos frustramos porque cae en la red, pero luego siempre seguimos disfrutando”, cuenta Marlon Corozo, jugador de tenis fútbol.
Todos ellos recomiendan la actividad física al menos los fines de semana, e invitan a los mismos esmeraldeños a participar de estos encuentros, no dejan de lado la bioseguridad, pero reconocen que desean volver a la normalidad. (JSG)