El milagro de la palabra




Debemos entender a la palabra desde la majestad de los oídos, de los ojos, de las manos y de vitales expresiones corporales como: “el conjunto de sonidos articulados que expresan una idea oralmente; así como también desde la majestad de la escritura: “como la representación gráfica separada por espacios en blanco” que expresan ideas.

Encontramos como antecedente que: el 23 de noviembre de cada año se celebra el Día internacional de la Palabra; la esencia de esta celebración, está en potenciar el diálogo como el mecanismo más idóneo para superar los conflictos bélicos, políticos y de múltiple naturaleza humana, dentro de la civilidad.

El puntal para este reto, identifica históricamente la propuesta de Nikita Jrushchov, quien tratando de evitar un conflicto armado particularmente, entre el periodo de 1955 a 1962 en el contexto de la Guerra Fría, nace la teoría del Derecho Internacional conocida como: La Coexistencia Pacífica de los Estados.

Identificamos también la fundación de Cesar Ejido Serrano, persona jurídica en Toledo, España que cada año, promociona eventos culturales, sociales y políticos para proseguir en este afán.

A más de la risa, la palabra nos diferencia de la gran mayoría de otras escalas zoológicas inferiores, en algunos aspectos y el mundo intrínseco descansa en las ideas.

¿Qué es una idea?
No es sino, el elemento sustantivo del pensamiento llamado también: juicio imagen, concepto, representación, entre otros Haberes; como denominador común de su valía; y lo positivo se enmarca en el efecto causado ante otro u otros de manera inmediata, mediata o a largo plazo.

En esta fecha, se pretende que exista un intercambio de palabras que se conceptúa como diálogo; procurando que el interlocutor o interlocutores, sopesen la exposición de cada uno a fin de encontrar acuerdos, disminuir tendencias opuestas y crear alternativas de beneficio común.

En el derecho, encontramos dos entes representativos del diálogo como son: mediación y arbitraje; estos también se extienden al tema sociológico y político, existiendo un óbice, cuando los participantes no dialogan; sino que, pretenden cumplir órdenes y consignas, muchas de ellas enmarcadas en fanatismos y ausentes en sopesar la realidad.

Por excepción, el ser humano carece de palabra física y en la palabra escrita su desarrollo es prácticamente incuantificable y muchas veces incalificable, en todos los idiomas y lenguajes, donde se incluye el braille.


Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler.

Ayer, quizá con más fuerza hasta la década de los setenta, en el Ecuador, en la política las Masas eran inyectadas a su Ser, a través de propuestas y esperanzas; fundamentalmente con la palabra; por ello, fue elegido presidente José María Velasco Ibarra cinco veces, reiterando su conocida frase: “dadme un balcón y seré presidente”.

LA FUERZA DE LA PALABRA
Cuando la palabra, trastoca la esencia de lo positivo; se podría convertir en insulto y en ese escenario, ayer nuestra Asamblea; como otros parlamentos, básicamente del mundo Occidental, han roto esquemas incluso llegando a la agresión física.

Cabe recordar a James Donald Adams: “Seguramente: nada está más vivo que una palabra”.

También, cabe recordar a Joseph Goebbels: “Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Al margen de lo expresado por Friedrich Nietzsche: “la mentira es parte de la verdad”.



La palabra propositiva es magistral y necesaria, basta recordar a Nancy, madre de Thomas Alba Édison, quien al recibir la nota escolar de su profesora donde lamentaban no poder continuar educándolo en clase, por su supuesta “incapacidad intelectual” ella le leyó todo lo contrario; manifestándole que eclipsaba al resto de compañeros y por tal motivo debía educarse en casa y hoy, la humanidad le agradece a Nancy y naturalmente a su hijo, eternamente.

Es necesario recordar también las palabras de Jesús que entre otras celebridades y sentencias dijo: “dejen que los niños vengan a mí, y no los estorben, porque el reino de los cielos es de los que son como ellos”.

Los niños hablan con el corazón y siempre en plural, esa es la sabia de las sabias en las palabras y es nuestra obligación no solo escucharlos sino también seguirles. La palabra de los niños implica alegría y risas por ellos nos recuerda a Buda, quien dijo: “alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora”.

Las medidas de facto, las huelgas, los paros y los gritos son antítesis del diálogo y por desgracia se ejercita en número considerable, cuyos efectos son incuantificables en la afectación social y no siempre en lo positivo.



Cuando hablan las armas, en el orden individual o grupal, a pretexto de ejercicios bélicos y también en guerras declaradas; la Coexistencia Pacífica de los Estados pasa a ser un membrete inerte y por ello, es indispensable que el diálogo se traduzca a la estrechez de manos, para evitar la indignidad humana sinónimo de criminalidad y de apetitos eminentemente económicos, muchas veces al margen de la ley.

EL MOMENTO ACTUAL
En esta fecha evidenciamos que la palabra de la Asamblea se ha estructurado en base a las bancadas o bloques más numerosas como son: el correismo, social cristianismo y del gobierno; debemos los ecuatorianos confiar en que la palabra, como sinónimo de acuerdos, inyecten necesarios cambios, especialmente en la posibilidad de mejorar: la seguridad, el trabajo, la remuneración, la educación, la salud y combatir frontalmente la corrupción, especialmente en el comercio y consumo de drogas y en el manejo de los fondos públicos.

La palabra frente a los negociados públicos y privados que conducen a sobreprecios de múltiples obras gubernamentales directas y de gobiernos seccionales, deben también revisarse sobre un contexto de leyes idóneas para el efecto.

El reparto de las comisiones con la prevalencia de esas mayorías, evidencian resquemores; sin embargo, no debemos perder los ecuatorianos la fe en la palabra honestidad y apuntar a un manejo Gubernamental, Parlamentario, de la Función Judicial, Electoral, y de Transparencia y Control Social.

Que comience el país a borrar de su mente y de su sensibilidad cotidiana la presencia desaforada de la delincuencia y lo que es más grave, de la impunidad; mismas que van desde los de cuello blanco, hasta personas que pocas veces usan su propia palabra.

En este día, la juventud del presidente Noboa y de buena parte de su gabinete deben inyectar una nueva concepción de la palabra, alejada de la demagogia y constructiva en la realidad, en la Ciencia, en la técnica y en la verdad; a efectos de que se trasparente, de manera pública la gestión.

En el caso del presidente Noboa en los debates y en la propaganda aparece una nueva palabra, menos inflamada y más cerebro tónico; por ello su eco no debe desmayar y proseguir un nuevo camino que la Democracia reclama.

Es oportuno recordar al representante de la lengua española, Miguel de Cervantes Saavedra:

“El hombre bien preparado para la lucha ya ha conseguido medio triunfo”

“En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos para darle un sentido a la existencia”

Recordando igualmente a Juan Montalvo:
“No hay nada más duro que la suavidad de la indiferencia.”

“No solamente hemos de aceptar la libertad, pero la hemos de exigir, la hemos de obtener, la hemos de ganar a costa de la vida. Ella es el alma de los pueblos.”

Que este día el silencio personal y más aún el silencio cómplice, vaya incorporándose al pretérito y la humanidad reaccione con la palabra y el diálogo propositivo: en lo económico, en lo político, en la ciencia, en el arte, en la cultura, en el deporte, en la prensa pública y privada, entre otros quehaceres ciudadanos y en el verdadero ejercicio democrático de los Pueblos, ahora y siempre.

¡Que jamás se pierda la dignidad de la palabra ¡