El palacio de gobierno




El Palacio de Gobierno o de Carondelet es la sede del Régimen y residencia oficial del presidente de la República del Ecuador. El edificio es uno de los símbolos fundamentales del Estado ecuatoriano. Ubicado en el centro histórico de la ciudad capital de Quito, al occidente de la plaza de la Independencia o plaza Grande (nombre virreinal).

Alrededor del Palacio se encuentran el Palacio Arzobispal, el Palacio Municipal, el Palacio de Pizarro, la Casa de los Alcaldes, el Palacio de la Curia y la Catedral Metropolitana.

Durante el virreinato español se le conoció al palacio de Gobierno como Palacio Real de Quito, sede de la Real Audiencia y de la gobernación civil y militar de la región.

Palacio de Carondelet
El libertador Simón Bolívar lo designó al Palacio de gobierno, Palacio de Carondelet, fascinado por el buen gusto de Francisco Luis Héctor, V barón de Carondelet, quien ordenó la construcción de la “fachada”. En los documentos oficiales no consta como Palacio de Carondelet.

El palacio presidencial y el dependiente, Palacio de la Vicepresidencia, ocupan una manzana de aproximadamente 80 m de lado, lo que suma 6 400 m² de superficie.

Historia
La historia comienza a la época virreinal, alrededor del año 1570, con la adquisición de las primeras casas reales en la ciudad de Quito.

La primera sede de la Corona española en la Audiencia de Quito funcionó cerca del convento y la iglesia de La Merced (actuales calles Cuenca y Chile), hasta el año 1611, cuando murió Diego Suárez de Figueroa, secretario de la Audiencia. Diego Suárez era dueño de una pequeña mansión situada en el costado occidental de la plaza central (Plaza Grande).

Sebastián de Benalcázar fundó la ciudad en las actuales calles Olmedo y Benalcázar, provisionalmente la Plaza Mayor. Después de algunos años, la plaza se reubicó un poco más al sur. De manera que las casas de Benalcázar quedaron a varias cuadras de distancia. Benalcázar siguió su viaje a la actual Colombia, donde se estableció y murió.


Pintura de la reconstrucción del Palacio de Carondelet.

Juan Fernández de Recalde, presidente de la Audiencia en esos años, informó al rey que estaba de remate la mansión de Suárez de Figueroa. La Corona compró porque era una edificación grande y cómoda para instalar las dependencias de la Administración española. Desde esa época permaneció en esa casa el poder de la Audiencia.

El sucesor del presidente Recalde, Antonio de Morga, informó al Rey que las casas reales eran indignas de llevar ese nombre. Resultaban estrechas y viejas. Entonces propuso comprar las casas adyacentes a la residencia original. Desde ese tiempo, el conjunto de tres casas unificadas en “una sola fachada” tomó una serie de transformaciones.

El terremoto de 1627 obligó la compra los edificios vecinos. Por su vejez, fueron reedificados de piedra labrada, ladrillo y cal que le dieron su característico color blanco, que se mantiene hasta la actualidad. ​

El nuevo Palacio Real y El Barón de Carondelet
Francisco Luis Héctor, V Barón de Carondelet, fue funcionario español de origen francés. Asumió los cargos coloniales de Intendente de San Salvador, Gobernador de Luisiana y presidente de la Real Audiencia de Quito.

En el año 1799, Francisco Luis Héctor, fue electo presidente de la Audiencia. En 1801, contrató al español Antonio García para que dirija la readecuación y mejoras del Palacio de la Audiencia y también de la Catedral. Además, dirigió los trabajos en las arquerías del alcantarillado y la refacción del edificio de la cárcel.

El Recinto Legislativo (1866-1956)
Desde 1866 el Palacio de Carondelet fue también sede del poder legislativo ecuatoriano, que se reunía desde época de la independencia, en el claustro de San Buenaventura de San Francisco. Se construyó un tramo en la parte posterior del edificio, donde se instalaron las salas del Senado y el Congreso.

El Recinto Legislativo, construido por un gran salón lo destinaron a las cámaras del Senado y el Congreso de la República. La sala de forma rectangular tenía dos plataformas en los extremos. En el costado sur se hallaba el Salón del Senado, presidido por un retrato del Libertador Simón Bolívar. Los escritorios de los senadores estaban distribuidos en forma de U y los sillones esculpidos las armas de la República.

La parte norte correspondía al Congreso y tenía una doble fila de escritorios y sillas. Se hallaba otro estrado presidido por el retrato del Gran Mariscal Antonio José de Sucre. Las otras paredes adornadas con los retratos de los presidentes del siglo XIX: Gabriel García Moreno, José María Urbina, Jerónimo Carrión y otros.

El Recinto Legislativo estaba en el actual Salón Amarillo del Palacio. El Poder Legislativo funcionó hasta 1956.

En los años 50 se instalaron equipos de radio que transmitían los debates en vivo. Para eventos con más público, como la posesión presidencial. Como sede legislativa se utilizaba también el Teatro Nacional Sucre.

1866-1912 García Moreno y Alfaro en Carondelet
Durante las épocas republicana y moderna, casi todos los presidentes constitucionales, interinos y dictadores administraron desde el Palacio de Carondelet. Sin embargo, el uso residencial del edificio se fue perdiendo lentamente a lo largo del siglo XIX, por la necesidad de espacio para las oficinas de la nueva República.

En 1875, los presidentes no vivieron más en el Palacio. García Moreno reforzó el uso administrativo del edificio. Vivió en un solar que actualmente lleva el nombre de Casa de los alcaldes ubicada en la Plaza de la Independencia. Después ocupó su propia casa en la Plaza Santo Domingo.

El 6 de agosto de 1875 el Palacio fue escenario del hecho más sangriento de la historia con el asesinato del presidente Gabriel García Moreno.

A principios del siglo XX, cuando la ciudad tenía luz eléctrica, el teléfono y el telégrafo, le modernizaron al Palacio de Carondelet. El más importante ministro de Eloy Alfaro, el canciller José Peralta, comentó en su libro «Mis Memorias Políticas»: “en el despacho presidencial de Alfaro había una estación telegráfica, que permitía al presidente y su Gabinete recibir información de los sucesos de las principales ciudades del país”.

En el Palacio también tenía una conexión telefónica. El presidente podía telefonear a los miembros de su Gabinete. En los primeros años de la Revolución liberal, desde el Palacio de Gobierno, Eloy Alfaro y su ministro de Guerra, siguieron por telégrafo las incidencias de varias revueltas conservadoras, como la de Tulcán.

Los años 20
La posesión presidencial del presidente Isidro Ayora el 17 de abril de 1929 se hizo en un acto ante los senadores, diputados y embajadores de los países amigos. El Salón del Congreso estuvo decorado con cuadros de expresidentes del Ecuador.

Como no había un apartamento presidencial, en 1928, el presidente Isidro Ayora dispuso la compra de una mansión, ubicada en las calles Guayaquil y Mejía, en el Centro Histórico de Quito, como casa de los presidentes. La casa, había sido construida en 1895. El presidente le inauguró con un suntuoso baile de gala en el Salón del segundo piso. Esta mansión la utilizó como Casa Presidencial hasta 1939.

El último mandatario en utilizar la Casa de los presidentes fue Aurelio Mosquera Narváez quién murió en su dormitorio.

En la primera presidencia la ocupó también el presidente José María Velasco Ibarra. Actualmente, la Casa de los presidentes son oficinas del Municipio de Quito.

El Salón Amarillo era el Salón principal de la Casa Presidencial Alfarista, actual Patronato San José en Quito.

Demolición y reconstrucción integral, 1956
El edificio colonial, que había sido ampliado en el siglo XIX para el Congreso, fue íntegramente demolido en 1956 por disposición del presidente Camilo Ponce Enríquez. El ministro de Obras Públicas, Sixto Durán-Ballén conservó la fachada de ladrillo. Le adosaron un edificio moderno de hormigón armado, que se mantiene hasta la actualidad. Inclusive, las columnas de la fachada principal, originalmente de ladrillo, las reemplazaron por las actuales de piedra, en la misma renovación.

Los salones son completamente modernos y no coinciden con el uso y la decoración que tenían en tiempos virreinales y de la República del siglo XIX. En varias fotografías de archivo, de la época de Eloy Alfaro (1906) así como de la presidencia de Galo Plaza (1948), se aprecia el despacho presidencial original. En la actualidad no se conserva absolutamente nada.

Los recuerdos
La fachada del Palacio hasta 1956 fue reproducida en un sello postal de diez centavos emitido por los Correos del Ecuador, con la leyenda «Palacio de Gobierno-Quito» y publicado en el libro «Escorzos de historia patria» del historiador Jorge Salvador Lara. El sello muestra ocho puertas de la calle García Moreno que fueron cerradas. Además, algunos detalles del campanario del reloj.


Esquema arquitectónico del Palacio de Carondelet.

En el archivo fotográfico se observan los cambios del Palacio. Otras fotografías muestran la banca presidencial, las constituciones, decretos y regalos que ha recibido el presidente de la República, Rafael Correa, en estos diez años de Gobierno.

Problemas de las fotografías
En el Salón Amarillo del Palacio de Gobierno cuelgan los retratos de los presidentes del Ecuador desde 1830.

Hasta la fecha se mantiene un espacio vacío donde debe ir el retrato del exmandatario Lucio Gutiérrez. El coronel no autorizó que se coloque su retrato. “No fui presidente para que pongan mi imagen en el Palacio de Carondelet, sino por el interés de servir al pueblo”, explicó.

Sorprende el espacio vacío entre los retratos. A lo mejor es una equivocación. No hay imagen entre el cuadro de Gustavo Noboa y Alfredo Palacio.

Otro descubrimiento del Salón Amarillo es el reingreso de la pintura de Fabián Alarcón, presidente interino del Ecuador desde el 11 de febrero de 1997 hasta el 10 de agosto de 1998.

Alarcón asumió la presidencia por votación del Congreso de entonces, que previamente resolvió destituir al mandatario Abdalá Bucaram por “incapacidad mental”, entre intensas protestas en las calles de Quito, el 6 de febrero de 1997.

El 9 de febrero de 1997 el Congreso aceptó su proclamación temporal hasta que nombraron como presidente interino a Fabián Alarcón Rivera. No colocaron su retrato, pero en julio de 2018 lo pusieron en el Salón Amarillo.

La polémica causó porque en la Constitución del Estado no había la figura de un presidente interino. Una decisión legislativa no posesionó a la vicepresidenta Rosalía Arteaga.

Esa situación sirvió de base para que el expresidente Rafael Correa ordenara el retiro del cuadro de Alarcón. Argumentó que no fue electo en las urnas como los demás mandatarios.

No había el retrato de Rosalía Arteaga, pero ahora ya está en el Palacio de Carondelet. Rosalía Arteaga, asumió la primera magistratura inmediatamente después que Abdalá Bucaram salió del país.

La galería
La galería de los presidentes se creó en Carondelet en 1960, en el gobierno de Camilo Ponce Enríquez.

Ecuador solo existe como república independiente desde el año 1830, entonces son 98 los jefes de Estado que ha tenido el país en 193 años, hasta el presente.


Salón Amarillo, retratos de los presidentes.

Según un informe de historiadores, en el año 2009 había 41 retratos. De acuerdo a los criterios históricos y políticos, se escogen exclusivamente a los presidentes Constitucionales. No estarían dictadores, juntas de gobierno plurales, jefaturas regionales, efímeros encargados del poder y tampoco presidentes interinos.

Los retratos del período 1830 a 1925 corresponden a nueve presidentes “constitucionales” nombrados por Asambleas Constituyentes y 12 de “elecciones”, restringidas con los ciudadanos ecuatorianos y candidatos que cumplían con requisitos elitistas.

Juan José Flores, primer presidente del Ecuador, ocupó el poder en tres ocasiones, aunque solo una nombrado por Asambleas. Consta solo un retrato. Como en todos los mandatarios, hay una pequeña placa que indica los períodos de ejercicio gubernamental.

Gabriel García Moreno, caudillo conservador, fue primero interino y luego presidente constitucional por elecciones. Eloy Alfaro, revolucionario liberal-radical, solo fue presidente constitucional reconocido por asambleas.

Los retratos que ubican al período 1925-1960 corresponden a cuatro presidentes nombrados por asambleas y cinco originados en elecciones.

En el retrato del “populista” José María Velasco Ibarra también se señalan los años en los que ocupó la presidencia en cinco ocasiones.

Dos retratos de presidentes constitucionales nombrados por el legislativo en el período 1960-1970. Sucedieron las dictaduras militares “petroleras” de los años 70. Desde 1979 hasta ahora ha sido la más larga época de gobiernos “democráticos” en la historia nacional.

Considerando las últimas cuatro décadas democráticas, hasta el año del Informe que se ha hecho referencia, en el Salón Amarillo solo constaban los retratos de los siguientes presidentes constitucionales electos por votación popular: Jaime Roldós, León Febres Cordero, Rodrigo Borja, Sixto Durán Ballén, Abdalá Bucaram y Jamil Mahuad, También estaba el de Osvaldo Hurtado, como vicepresidente, quien sucedió a Roldós, fallecido en un accidente de aviación.

En el Salón Amarillo están ahora los retratos de Rafael Correa y su sucesor Lenín Moreno, presidentes Constitucionales por elecciones.

En el futuro se colocará el retrato de Guillermo Lasso, el primer presidente en la historia nacional a aplicar la “muerte cruzada” en la mitad de su gestión. Daniel Noboa tendrá asegurado el óleo respectivo en Carondelet.



Comedor en el departamento del tercer piso, lugar de residencia de los presidentes.