Cocadas esmeraldeñas, una evolución de sabores ancestrales

Toda una tradición representa el negocio familiar en la venta de cocadas hechas por manos esmeraldeñas que desde la juventud han dedicado su vida en la elaboración de estos dulces típicos

La familia Velazco Ortiz se ha dedicado por más de 30 años en la elaboración y venta de cocadas, el rayado de coco y extracción de jugo de caña fue el primer dulce con el que incursionaron en la venta, además su presentación era única porque se lo entregaba en un paquete con 8 placas cubierta con hoja de palmera.

Antes de ubicarse en el terminal terrestre, vendían los dulces típicos en la parte céntrica del cantón Esmeraldas, lo cual les sirvió para ganarse la confianza de clientes fieles que no desaprovechan la oportunidad de pasar por el sitio y adquirir sus cocadas antes de viajar a otra ciudad, parroquia o cantón. El olor a coco más la combinación de especies dulces hacen que el visitante se acerque de apoco a probar las cocadas esmeraldeñas.

Presentación

El experimento y evolución de nuevas formas de hacer cocada han hecho que ahora exista una variedad de sabores del dulce típico de Esmeraldas, incluyendo su presentación al público porque hace 50 años estos dulces reposaban sobre la cáscara de coco, tradición que no se ha perdido en la familia Velazco debido al aporte que representa cuidar el medio ambiente y es bien visto por los clientes. Sin embargo también mantienen la presentación en platos desechables y funditas.

La corteza de coco antes y ahora sigue siendo utilizada como gasolina para potenciar el fuego en donde reposa la paila que emana toda la mezcla en preparación de cocadas.

Elaboración

Desde las 5 am empieza todo el proceso que conlleva la elaboración de coco, todo hecho por manos esmeraldeñas, entre los materiales que necesitan nunca puede faltar la paila grande donde se revuelve toda la masa hecha a base de coco, panela y especies. “Con esto mi familia se ha beneficiado, ayudando en su sustento”, asegura Axel, integrante de la familia Velazco.

De 4 a 5 personas son las que están al frente en el proceso, esto debido a que manualmente pelan los cocos, los parten y proceden a rasparlos en un burro, herramienta hecha de tabla con dientes de acero, donde se raspa y lo obtenido pasa a una tina. Mientras que Axel comenta que desde que tiene uso de razón recuerda a su abuelita como la mujer que heredó el aprendizaje de sus padres en la elaboración de cocadas y ahora por su edad se dedica a ver la materia prima necesaria en el negocio.

Sabores

Con el tiempo los sabores han evolucionado en el dulce esmeraldeño, ya que en San Mateo se encuentran cocadas de uva o piña, mientras que en terminal terrestre de Esmeraldas abunda las cocadas de manjar hecho a coco y leche condensada, la cual requiere una refrigeración sin embargo también se la puede tener al ambiente y son elaboradas bajo pedido por el trabajo que implica realizarla.

Conserva de guayaba

La conserva de guayaba es otro dulce porque contiene el dulce de guayaba, es consumida con una taza de café y leche o a su vez como un aperitivo asegura Axel. El dulce es presentado en una envoltura de hojita de palma seca, haciendo alusión a un muchín y su tamaño es más grande que la palma de una mano.

Precios

El acceso a estos dulces están a precios dirigido a todo bolsillo, desde 25 centavos el paquetito más pequeño hasta 1 dólar más grande su presentación con ocho bolitas de cocadas ya sean surtidas o de un solo sabor. (CS)