BIESS: ineficiencia y despilfarro

Shakespeare Abarca Córdova
Shakespeare Abarca Córdova

Un informe de diciembre 2019 que analizó la trayectoria del BIESS desde 2009 daba cuenta que este “banco” que maneja los dineros de los afiliados al IESS,  carecía de una contabilidad completa, por lo que no puede actuar con transparencia, ni tomar decisiones financieras oportunas; explicaba que no cuenta con un sistema bancario integrado.

Pero este secreto a voces reventó, y se publicaron reportajes sobre la nunca superada ineficiencia, de una institución que difícilmente debería llamarse “banco” y que por década y media ha manejado con escalofriante irresponsabilidad el dinero que con sudor y sacrificio, mes a mes, año tras año, hemos aportado los afiliados.

Son 49 fideicomisos inmobiliarios por $ 137 millones; más aún un informe del representante de los afiliados en el Directorio del 2012, cuando era un delito ser crítico, hizo conocer a R. Gonzales la barbaridad de esas inversiones, se indicaba que  existen más de $ 677 millones en fideicomisos, de los cuales los 49 son fideicomisos inmobiliarios paralizados hace más de 4 años generando costos innecesarios al BIESS en riesgo de perderse o al menos seguirse desvalorizando.

El IESS fue por casi 80 años el mejor constructor del país, hasta que se les ocurrió crear el Banco del IESS. Se citan inversiones fallidas en: Guayas, Loja, Cuenca, Ibarra, Manta; revisemos 3 casos:  Quito complejo de edificios abandonado con más de 300 departamentos por $ 28 millones, sólo con eso se hubieran atendido en UCI´s 8000 enfermos. Otro proyecto en Same, Esmeraldas destruyéndose, el cual empezó en 2011,  administración de R. González, delegado de Correa en el Directorio, ambos prófugos; son 160 departamentos, cuya inversión asciende a $ 7.5 millones, hubieran servido para la pensión mensual de 9.000 jubilados.

En 2011, el BIESS y el Cabildo esmeraldeño firmaron un fideicomiso para regeneración urbana de Las Palmas, un proyecto de $ 5.4 millones incluía 89 departamentos, locales comerciales, parqueadero, quedaron en abandono pilotes y hierros retorcidos. En 2015 L. Lara ordenó rellenar la construcción, ocultando otra de las nefastas obras de la seguridad social ecuatoriana. Cinco millones bajo la arena, hubiesen servido para la pensión de 7.000 jubilados. Es solo una muestra de este indolente despilfarro.