Todavía no hay respuestas. Ya pasó casi un mes desde que el embajador de los Estados Unidos mencionara la existencia de ‘narcogenerales’ y de que trascendieran los nombres de ciertos oficiales a los que se les había revocado su visa. Sin embargo, la Justicia ecuatoriana aún no aporta información sobre este sospechoso episodio. A eso se suma ahora una nueva ronda de revocatorias de visas, las de una cantidad indeterminada de “jueces ecuatorianos y otros individuos que trabajan en los sectores legal y judicial”.
Episodios como estos deberían justificar una inmediata reacción de instituciones como la Unidad de Análisis Financiero y Económico (UAFE), la Fiscalía o las unidades especializadas de la Policía Nacional. Igualmente, las autoridades ecuatorianas no han tenido problema alguno para conocer, por medio de la cooperación y el diálogo a nivel de gobiernos, la información que ha empujado a la diplomacia de EE.UU. a tomar esta decisión. ¿Por qué, entonces, se insiste en guardar silencio? ¿Acaso es demasiado incómodo transparentar el alcance de la penetración del narcotráfico en el país?
Es preocupante que la justicia no ofrezca resultados y revelaciones, y que lo único que se muestre sean nuevas y sucesivas revocatorias de visas. Parecería que, como sucedió antes en países con estructuras estatales cooptadas por el narcotráfico, la democracia más antigua del mundo le va perdiendo la fe a nuestro sistema de justicia y solo apunta a minimizar el contagio.
FRASES DEL DÍA
«La forma más segura de perder la felicidad es desearla a costa de todo lo demás.”
Bette Davis (1908-1989), artista estadounidense
«No existe la neutralidad en la historia. Toda opinión es política.”
Leandro Karnal (1963), historiador brasileño