Sin política energética los apagones seguirán

Preocupa mucho que el tiempo pasa y Ecuador sigue sin entender la importancia de la energía. Sin una oferta energética abundante, fiable y a buen precio, no puede existir desarrollo ni crecimiento económico. Todo esfuerzo por impulsar la imagen del país en el exterior y sembrar confianza entre sus ciudadanos se torna inútil en el momento en que se producen apagones o, empleando el eufemismo de turno, “desconexiones”. ¿Qué inversión extranjera o qué optimismo con respecto al futuro puede haber en un país que ni siquiera cuenta con la electricidad suficiente para funcionar?

Pese a todo lo que se dijo y a los enormes contratiempos recientes, el único giro en la política energética fue comprarle más electricidad —cara— a Colombia. Nuevamente, Ecuador está abandonado a su suerte y a las puertas de nuevos cortes. Es justo reconocer que el actual gobierno enfrenta una situación en su mayor parte heredada, con contratos ya firmados y embrollos perennes, pero la ciudadanía tiene derecho a exigir una verdadera estrategia que permita al país superar definitivamente esta inaceptable situación.

Hay muchos asuntos puntuales que resolver. Sobran las denuncias de irregularidades en adquisiciones y acuerdos, y existen suficientes obras —hidroeléctricas y eólicas— por terminar y reparar. El gobierno necesita, cuanto antes, demostrar que sí cuenta con las competencias y la voluntad necesarias para darle vuelta a esta situación. No puede ser que la receta sea siempre culpar a los predecesores y declararse de manos atadas.