Se logró frustrar el atraco al Biess

La Fenocin tuvo la osadía de exigir al Gobierno no solo un aumento del monto de las condonaciones de deudas con Banecuador — hasta 10.000 dólares, más de tres veces del monto que ya se condonó, con un costo de casi 60 millones de dólares para el Estado—, sino de además pedir que la medida abarcara también las deudas con el Biess. Este pedido tan impertinente refleja el desconocimiento, o el inescrupuloso oportunismo, que impera en la mente de algunos.

Es necesario insistir siempre, para que políticos y activistas no lo olviden, en que el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) no le pertenece al Estado, sino a sus afiliados, quienes con sus aportes mes a mes y durante toda su vida laboral engrosan sus arcas. Todo préstamo que sale de esos fondos obedece al interés de esos legítimos dueños, no a la agenda ideológica de un grupo ni a los objetivos políticos de otros. Creer que el Estado tiene derecho a disponer de esos recursos a voluntad es una falacia peligrosa.

Algunos “sindicalistas” y miembros de la clase política demuestran creer que los aportes del Estado al IESS implican una suerte de título de propiedad, cuando la verdad es que el servicio que presta el IESS y los beneficios que este conlleva para la estabilidad, gobernabilidad y seguridad de la sociedad compensan con creces todos aquellos aportes y garantías.

En la práctica, no ha sido el Estado el que ha rescatado al IESS, sino que los recursos de este, prestados de forma técnica y oportuna, han servido de salvavidas para más de un gobierno.

Acertadamente, el Ministro de Economía bloqueó esta intentona de atraco, dejando claro que el Biess no es propiedad de este ni de ningún gobierno. Ojalá la Fenocin y la Conaie por fin lo entiendan. ´