EE.UU. y la hora de la verdad

Los gobiernos y embajadores norteamericanos han insistido siempre en su compromiso de contribuir con el país no solo en el combate contra aquellos delitos de su interés, sino también en la lucha contra la corrupción. Con otras naciones, EE.UU. se ha mostrado pródigo en pedir y conceder rápidas extradiciones o deportaciones -según el caso- empleando una vía como las infracciones migratorias, que depende exclusivamente del poder ejecutivo y evita engorrosos procesos judiciales.

Resulta inexplicable que el gobierno ecuatoriano con su ágil e influyente embajadora no se haya pronunciado aún para que un delincuente sentenciado a 13 años de prisión sea inmediatamente deportado. Esta tardanza le regala tiempo al prófugo y le permite echar mano de costosos abogados, pagados con el dinero del pueblo.

Pedro Delgado debe responder por los delitos ya sentenciados y por todos los abusos que cometió en el primer quinquenio de la dictadura de su primo, Rafael Correa. Hasta la fecha no asoma un solo valiente que fiscalice el mal llamado Fideicomiso de la Impunidad, manejado junto a sucios abogados que subastaron su patrimonio, la CFN con la que ejecutó sus vivezas y donde aún siguen enquistados cómplices, y las investigaciones tapiñadas que dejó a medias el continuismo morenista en el Banco Central y Finanzas. Se requiere un baño de verdad. 

Es el momento: Guillermo Lasso, su gobierno y la Justicia -también callada- nos deben demostrar su determinación para poner fin al impune saqueo del Estado; el norteamericano, que sus declaraciones a favor de la democracia trascienden el mero discurso.

FRASES DEL DIA

«Nunca aprendemos más sobre nosotros mismos que cuando escuchamos a una persona hablar mal de otra.”

Valeria Luiselli (1983), escritora mexicana

«Cuando la verdad se ve reemplazada por el silencio, el silencio se torna una mentira.”

Yevgueni Yevtushenko (1932-2017), poeta ruso